En casa del herrero, cuchillo de palo. Pero en versión burocrática. Es el aroma que destila la denuncia realizada ayer por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de que las instalaciones de la Dirección General de Personas con Discapacidad y las del Servicio de Valoración y Orientación de la Dirección General de Dependencia y Mayores carecen de rampa en su salida de emergencia. En el caso de no poder utilizar los ascensores por avería o de producirse una evacuación, tanto trabajadores como usuarios únicamente disponen de una escalera que sale del semisótano en el que están ubicadas las dependencia. El sindicato considera una «incongruencia» esa situación y urge a subsanarla.

Casi un año después del traslado a la Torre 3 del Complejo Administrativo 9 d'Octubre en Valencia sede de la Conselleria de Bienestar Social, una delegada del CSIF que visitaba las instalaciones vio a un hombre en silla de ruedas. Los trabajadores le explicaron que, aunque allí no se prestaba atención directa, era el lugar en el que se evaluaban los expedientes de la discapacidad y la dependencia. Por ello, algunos usuarios acuden allí. La salida de emergencia del lugar, en cambio, no está habilitada para personas con movilidad reducida o en silla de ruedas. «La puerta de emergencia del semisótano da a unas escaleras que hay que subir para salir a la calle, porque el ascensor no puede utilizarse en caso de emergencia y evacuación del edificio», precisa esta representante del CSIF.

No sólo se trata de los usuarios que acudan al servicio. También es irrespetuoso con los posibles trabajadores en silla de ruedas que pudiera tener el servicio ahora o en un futuro. «Que la propia Conselleria de Bienestar Social no evite las barreras arquitectónicas es grave», señala el CSIF. «Esta Administración debería dar ejemplo en materia de integración y barreras arquitectónicas y, en lugar de hacerlo, sitúa a sus empleados en este sótano, con lo que dificulta tanto su acceso como el de aquellos ciudadanos que acudan a realizar cualquier trámite». Hay 34 empleados públicos de ambas direcciones generales que desarrollan su labor en el sótano de esta torre.

Otra queja en una la larga lista

Desde su inauguración, las torres administrativas se han visto lastradas por otras denuncias como la falta de luz en el sótano o el exceso en las plantas, la gran sequedad ambiental, las escasas salidas de aire y la acumulación de insectos, como orugas, arañas, cucarachas y cochinillas. Igualmente han aparecido pulgas, lo que ha obligado a realizar fumigaciones. O la acumulación de excrementos de palomas que anidaban en el complejo hasta la colocación de redes contra las aves. Otra de las quejas sonadas fue que el empleado que vigila la entrada y salidas de vehículos del complejo administrativo estuviera en una mesa en mitad del parking sin barreras protectoras ni garita y sin la señalización exigible. A raíz de la denuncia revelada por Levante-EMV se le habilitó una cabina.