El concejal de Agricultura y «alcalde» de barrio del Grau de Gandia, Toni Rodríguez, no tuvo mejor idea que disfrazarse de Adolf Hitler en la fiesta de halloween que el alcalde de la ciudad, Arturo Torró, organizó el viernes pasado en su chalé de Marxuquera.
Rodríguez cumplió a la perfección la llamada de acudir a la fiesta como un personaje «terrorífico», como pidió el alcalde, y se enfundó un vestido de jefe militar con sus medallas. En el disfraz no había símbolos nazis, pero a Rodríguez no le hacían falta porque el característico bigote y el peinado con el inconfundible flequillo del dictador nazi le delataban.
El concejal del PP gandiense tampoco tuvo problemas en dejarse fotografiar y después difundir una imagen que en muchos países habría sido un escándalo. El domingo su posado, en la que estaba acompañado por la también concejala del PP Pilar Gavilà, corrió por las redes sociales.Consciente de la polémica que había levantado, Rodríguez señaló ayer, en declaraciones a este periódico, que el disfraz que se enfundó en la fiesta «terrorífica» del viernes «no era de Hitler», e incluso que alguna de las medallas que llevaba puestas, a modo de condecoración, era de carácter religioso. Tampoco consideró que había cometido ninguna imprudencia por haber figurado caracterizado como uno de los dictadores más despiadados de la historia. «Yo pienso que no se tienen que sacar las cosas de contexto y creo que, como ciudadano, puedo ir como quiera».
Además Rodríguez reiteró que la fiesta de halloween organizada por el alcalde en su casa era «un acto privado» y que la forma en que él acudió vestido «forma parte de mi vida privada». «Es como si me hubiese disfrazado de Lola Flores», apostilló.
Era para ridiculizarlo
Enterado de la polémica, el alcalde de la ciudad defendió al concejal y pidió que la polémica no se magnificara. «El disfraz en ningún momento se usó para ensalzar la figura de Hitler, sino más bien al contrario, para ridiculizarlo y mostrarlo como un personaje del horror», dijo Arturo Torró, quien respaldó ese argumento en el hecho de que las hombreras del disfraz eran dos fregonas.
A la fiesta de la primera autoridad local acudieron varios concejales del ayuntamiento, amigos y conocidos, la mayoría de ellos relacionados con el PP de Gandia. La celebración del halloween se prolongó hasta la madrugada en la vivienda del alcalde y en una carpa instalada en su jardín.
