"Transitar hacia una sociedad sostenible, que afronte los problemas asociados a un crecimiento demográfico y económico continuado en un planeta con recursos limitados y que amenazan el futuro de la humanidad, no solo es necesario sino que además es posible", asegura Amparo Vilches, profesora del Departament de Didàctica de les Ciències Experimentals i Socials de la Universitat de València. Para hacer frente a lo que se considera ya una situación insostenible, la investigadora valenciana señala como clave la concienciación de los ciudadanos, la sustitución de la competitividad por la solidaridad y la cooperación, una gobernanza a nivel local y global que modifique el actual modelo económico y una tercera revolución industrial basada en el uso de las energías renovables.

Durante su conferencia "Ciencia de la Sostenibilidad: La revolución científica del Siglo XXI", -organizada por la Fundación Cañada Blanch, dentro del tercer "ConecTalks", el ciclo de charlas de divulgación científica que dirige Vicent Martínez, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València-, Amparo Vilches abordó la razón de ser de la Ciencia de la Sostenibilidad y su aparición ante la necesidad de integrar campos tan diversos del conocimiento como puedan ser la economía o la biodiversidad, aunque coincidentes en lo que respecta a los problemas que afectan a la naturaleza a través de la acción humana.

Las amenazas socioambientales

La también doctora en Ciencias Químicas detalló los principales problemas socioambientales que amenazan el futuro de la humanidad, entre los que enumeró el ritmo de utilización de los recursos esenciales y las emisiones consecuencia de los mismos, la urbanización desordenada, el incremento poblacional y los crecientes desequilibrios sociales. "Toda una problemática -dijo- que el consenso científico califica de poliédrica por cuanto tiene muchas caras y en la que los problemas están vinculados, unos problemas se apoyan y refuerzan con otros".

Amparo Viches señaló la falta de reacción de la sociedad ante las consecuencias que ya se están viviendo. "Nos estamos comportando -lamentó- como si nada hubiera pasado. Es necesario investigar acerca de por qué no reaccionamos ante la gravedad de los problemas; algo esencial porque el reto ya no es solo la gravedad de los problemas sino la falta de respuesta". En este sentido, achacó la crisis socioambiental, entre otras causas, al actual sistema económico, "en el que se buscan los intereses personales a corto plazo, cuando hay que pensar en el largo plazo y no en que cada cuatro años hay elecciones."

La investigadora valenciana resaltó la importancia de la acción de los ciudadanos y puso ejemplos de los avances que esa actuación había logrado. Así, destacó cómo por primera vez en la historia del planeta, gracias al apoyo social, se habían logrado acuerdos de ámbito mundial como la prohibición de la fabricación del DDT, el Convenio de Estocolmo u otros acuerdos para prohibir la fabricación y utilización de determinadas sustancias.

No habrá otra "arca de Noé"

Por otra parte, la profesora Vilches expuso una serie de medidas para, mediante un Desarrollo Sostenible, avanzar hacia la transición a la Sostenibilidad desde el punto de vista económico, político, educativo y científico, "pensando -afirmó- en que la generación actual pueda satisfacer sus necesidades sin poner en peligro que las futuras generaciones también puedan satisfacer las suyas utilizando los recursos de una manera adecuada".

En el campo de la Educación, planteó la necesidad de que "los ciudadanos conozcan cuáles son los problemas, qué puede hacer cada uno y junto con otros y que además comprendan la necesidad de la cooperación, que la defensa del interés particular acaba siendo perjudicial para uno mismo". Así, hizo referencia a la conocida alegoría de Leonardo Bolf al indicar que "no va a haber otra "arca de Noé" para salvarnos unos pocos, porque los problemas son globales y nos afectan a todos. Ahora, o nos salvamos todos o todos pereceremos".

"Cambiar el modelo económico es factible"

Desde el punto de vista político, abogó por una gobernanza a nivel local y global, -que fusionó bajo el término "glocal", "porque tenemos que pensar y actuar de manera global y local, glocalmente"- universalizando el marco de los derechos humanos, es decir, que se incluya en todas las legislaciones de todos los países del planeta. Un marco en el que tengan cabida las tres generaciones de derechos humanos, sin olvidar los de la tercera generación como el derecho a la paz, a un medio ambiente limpio y a un Desarrollo Sostenible y satisfactorio para todos los humanos, no solo para los más privilegiados.

Dentro del marco de la gobernanza "glocal", Amparo Vilches apostó por modificar el modelo económico, algo que contempló como factible y no utópico. "Realmente -señaló- lo utópico es pensar que la especie humana pueda seguir comportándose y haciendo las cosas que hemos hecho hasta ahora, que no son solo el resultado de un comportamiento reciente, sino que es la historia de la humanidad". "Ahora somos muchos más -añadió- y tenemos herramientas para alargar la esperanza de vida, pero también para acabar con la vida de los seres humanos en el planeta." En ese sentido, mostró su rechazo a "continuar con un modelo que algunos denominan "economía marrón" para pasar a una "economía verde" en la que la competitividad, el que haya ganadores y perdedores, dé paso a la cooperación y a la solidaridad".

Hacia la revolución energética

Como última de las medidas, la experta en Sostenibilidad propuso una transición energética, dentro de una tercera revolución industrial tras las del carbón y el petróleo, basada en el uso de energías renovables y de tecnologías y redes inteligentes de distribución "para incrementar la eficiencia energética de los edificios como generadores de energía, algo que ya se puede hacer pero que choca con impedimentos, porque otras industrias vayan a sentirse perjudicadas".

En este sentido, destacó el objetivo de transformar el sistema energético actual, basado en la utilización de recursos fósiles contaminantes, en energías renovables y accesibles para todos en un alto porcentaje, en un plazo de veinte o treinta años. "Sabemos cómo se puede hacer, se sabe que se puede hacer. Hay que seguir trabajando para la eficiencia y hay que ahorrar, dos palabras claves en el campo energético", concluyó.