Mínguez y Ballester no fueron las únicas valencianas en el teatro Apolo de Madrid, donde se celebró el congreso de Podemos. La diputada de Compromís Mònica Oltra acudió como invitada a la exaltación de Pablo Iglesias. Invitar a representantes de formaciones hermanas es una tradición en los partidos tradicionales. También hubo enviados de Iniciativa per Cataluña, los independentistas gallegos o de la CUP catalana. Pero el gesto puede tener más interpretaciones que la simple cortesía: identifica a los que están en la órbita de Podemos. Durante meses, la posible «fuga» de Oltra al nuevo partido «antisistema» de referencia había ganado fuerza en círculos de izquierda valencianos. Dicha posibilidad, que no ha pasado de la categoría de rumor, quedó descartada por la vía de los hechos: la aprobación del reglamento de primarias de Compromís, finalmente desbloqueado, que deja a Oltra ya como virtual candidata a la Generalitat.

El plan pasa ahora por la alianza con Podemos, objeto de deseo que se disputan Compromís y EU. Morera ya exhibió sus cartas hace unas semanas con un artículo en Levante-EMV en exclusiva. El objetivo último de Compromís pasa por la fórmula de pactos preelectorales con Podemos en el que la marca valenciana se borraría en las generales movilizando a los suyos en favor de Iglesias, mientras que en las autonómicas el pacto sería a la inversa, con Podemos apoyando a un Compromís liderado por Mònica Oltra. Unir bajo la misma marca a todo el especio electoral de ruptura con lo establecido. De momento, la sintonía es evidente. Iglesias saludó ayer a Oltra como «símbolo en la lucha contra la corrupción».