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Caso Fabra

Fabra podrá salir de permiso en 9 meses y logrará el tercer grado si paga 1,4 millones

El exdirigente popular no recurre el ingreso en prisión y se muestra hermético sobre el centro penitenciario escogido para cumplir la condena

La cuenta atrás está activada. Carlos Fabra recogió ayer en la Audiencia de Castelló la credencial para ingresar de forma voluntaria en un centro penitenciario antes del lunes. Una vez dentro de la cárcel, recibirá la liquidación de la condena con el plazo que debe permanecer entre rejas, que no excederá de tres años. A partir del próximo otoño, podrá disfrutar de permisos de salida, mientras que la concesión del tercer grado penitenciario dependerá de que pague los 1,4 millones de multa e indemnización.

Dos horas antes de lo previsto, Fabra se presentó en la Ciudad de la Justicia para recoger el mandamiento de ejecución de la sentencia que le condena a cuatro años de prisión por cuatro delitos fiscales. El ex dirigente popular no interpuso el recurso de súplica al que tiene derecho (el plazo para presentarlo vence mañana) ni planteó ninguna objeción a su entrada en la cárcel. Asume así que su ingreso en prisión es inexorable, aunque sigue a expensas del recorrido del recurso de amparo ante el Constitucional.

Con el salvoconducto judicial, Carlos Fabra puede presentarse a cualquier cárcel de España para formalizar el ingreso. Ayer declinó revelar cuál es la fecha y el destino elegidos. El ex mandatario popular guarda hermetismo sobre su ingreso en prisión. Personas allegadas a él trasladaron a este diario que no les ha comunicado ni el día ni el lugar, un secretismo que atribuyen a su voluntad de que la entrada en la cárcel pase lo más desapercibida posible. Por la tarde, algunas fuentes lo situaban ya en Madrid con su familia y señalaban que el ingreso es inminente.

Una vez dentro, será cuando Fabra reciba la liquidación de la condena con la fecha de salida. Pese a haber sido condenado a cuatro años de cárcel, no cumplirá más de tres porque no se puede exceder el triple de la pena más grave (en su caso son cuatro penas de un año por cada delito fiscal).

Lo lógico es que el político sea clasificado como interno de segundo grado. Podría pedir que se le aplique de forma directa el tercer grado (semilibertad), aunque es difícil que se lo concedan de inicio. No ha pagado la multa e indemnización de 1,4 millones de euros que fija la condena. Ha aportado al tribunal una relación de bienes susceptibles de ser vendidos y un compromiso de pago en 5 años. La carga económica de la sentencia es uno de los temas que tiene que dejar organizado antes de entrar en la cárcel.

Una vez cumplida la cuarta parte de la condena Fabra podrá solicitar permisos de salida. Con el segundo grado se pueden llegar a disfrutar de 36 días al año y, con el tercer grado, 48 días.

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