La exigencia de la Conselleria de Educación de que los directores de los colegios públicos comuniquen diariamente las ausencias de alumnos becarios de comedor para descontar a los centros la parte correspondiente de la ayuda „1,30 euros por los monitores además de entre 2,98 y 2,75 euros (según sea la beca del 100 o del 75 %) por escolar „ «ha acabado de colapsar a los equipos directivos» de tareas burocráticas. Así lo denunció ayer el presidente del sector de la enseñanza en la C. Valenciana de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), Juan Miguel Coll, quien reclama a la conselleria que, «con carácter urgente, asigne personal administrativo a los centros de Infantil y Primaria».

La Comunitat Valenciana cuenta con 999 colegios públicos de Infantil y Primaria, más otros 6 que aún conservan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). La presencia de personal administrativo en ellos es anecdótica, sólo dos o tres grandes escuelas públicas de la ciudad de Valencia disponen de un auxiliar administrativo desde hace muchos años, pero se trata de una plaza de funcionario a extinguir. En otras grandes ciudades como Castelló, Alicante o Gandia, y en la práctica totalidad del territorio, los colegios carecen de administrativo. Los únicos centros educativos públicos de enseñanza de Régimen General que tienen administrativos en la C. Valenciana son los 372 institutos de Secundaria.

Las tareas administrativas en las escuelas las asume por completo el equipo directivo, que está integrado por tres maestros: director, jefe de estudios y secretario. La jornada laboral semanal de los docentes de Infantil y Primaria es de 25 horas de clases y 5 no lectivas. De estas 30 horas los miembros del equipo directivo tienen asignadas para tareas correspondientes a las funciones de su cargo una cantidad de tiempo que varía en función del número de unidades de la escuela. En el caso de los centros de una y dos líneas (9 y 18 unidades) el director dispone de 9 horas y los otros dos cargos de 6 horas cada uno. En los colegios de tres líneas se añaden tres horas más y así sucesivamente.

El portavoz de la CSIF destaca que los directores se ven «desbordados ante el registro informático diario de los comensales». «Este nuevo sistema „apunta„ ha sido la gota que ha colmado el vaso, ya que los equipos directivos, están obligados cada vez a realizar más trámites administrativos y burocráticos que les quitan tiempo para atender sus obligaciones laborales de educación a los alumnos».

Coll critica que ahora «los equipos directivos, por medio de una aplicación informática cuyo funcionamiento no les han explicado, deben insertar diariamente no sólo el comensal que no va al comedor y por qué falta, sino también insertar los que sí que van». Completar este registro para un colegio de tres líneas en el que pueden quedarse a comer al día más de 400 alumnos «comporta más de una hora y media de trabajo», añade.

Directores consultados por Levante-EMV sostienen que elaborar el parte diario de no asistencia de los comensales «cuesta más dinero en tiempo de trabajo y trámites burocráticos que el supuesto ahorro que busca la conselleria, pues los niños con beca faltan muy poco al comedor».

La CSIF también reclama que, ante el incremento de la carga burocrática de los colegios, se actualicen las horas de asignación para tareas directivas, «algo que no se hace desde 1992», asegura Coll.