Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Presidente del colegio de informáticos

El zar valenciano de la informática

Juan Pablo Peñarrubia, elegido presidente del consejo de colegios informáticos de España, anuncia una lucha contra la "selva" de internet - "Una aplicación no puede preguntar si se quiere vender el alma al diablo y que uno pulse 'aceptar'"

El zar valenciano de la informática

Es el nuevo zar de la informática española. El valenciano Juan Pablo Peñarrubia, de 43 años e ingeniero informático por la Universitat Politècnica de València, ha sido elegido por unanimidad presidente del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática de España (CCII). Durante los próximos cuatro años pilotará la entidad que tiene asignada la representación de los en torno a 200.000 titulados en informática del Estado. También ejercerá como interlocutor del Gobierno para las cuestiones de informática incluidas en reformas legales. Precisamente ésa será su prioridad: aumentar la influencia del colectivo informático en las decisiones políticas y administrativas. Con un objetivo: «acabar con la inseguridad jurídica para empresas y personas».

Los usuarios de internet, lamenta Peñarrubia, viven atrapados en «una selva de desregulación, impunidad e inseguridad jurídica para ciudadanos y empresas» que debe ser abordada cuanto antes. Y pone un ejemplo fácilmente comprensible: las aplicaciones móviles que se descargan los usuarios y, en concreto, los contratos de uso que se aceptan sin apenas ser leídos. «No puede permitirse que se le pregunte a un ciudadano si quiere vender su alma al diablo y éste pulse "aceptar". No debería poderse, pero eso es lo que está ocurriendo en la actualidad. Y por ese motivo es clave la regulación. Porque hay prácticas abusivas que urge detectar y prohibir por ley», sostiene el nuevo presidente de los informáticos españoles.

Respecto a las almas que los usuarios venden al diablo de internet sin saberlo cuando pulsan «aceptar», Peñarrubia cita algunos ejemplos cotidianos. Por ejemplo, aplicaciones que uno acepta sin saber que está dando permiso para que accedan al correo propio. «¿Quiere decir que esa empresa puede copiar los correos de tu bandeja de entrada que no has borrado en diez años? ¿Quiere decir que puede copiarse los contactos de tu agenda? ¿Que puede copiar todas las direcciones que figuran en tu bandeja de entrada o de salida para enviarles, en tu nombre y sin tú saberlo, mensajes del tipo: "Juan Pablo Peñarrubia te invita a probar esta aplicación?». Pues muchas veces, indica, quiere decir todo eso junto. «Se están cometiendo prácticas abusivas que por ley no deberían ser posibles y ante las que uno se halla desamparado ante la ley porque ha dado clic a aceptar un contrato de uso sin dedicarle un segundo», agrega.

A este respecto, Juan Pablo Peñarrubia propone, por ejemplo, una clasificación de las aplicaciones mucho más comprensible para los usuarios medios. «Podrían catalogarse con un código de colores o de números que informen a los ciudadanos del grado de invasión o de concesiones que hacen al aceptar la aplicación e instalarla en su dispositivo móvil», dice.

«El resultado de la inacción»

Peñarrubia es consciente de que muchas de las soluciones al caos de la red pasan por el ámbito internacional, como los paraísos fiscales. Pero evita caer en posturas estoicas. «Este peligroso escenario „dice„ no ha sido intencionado, sino que es el resultado de la inacción de diferentes gobiernos y representantes políticos que se ven desbordados por la falta de comprensión de un ámbito complejo como el de la informática», sostiene. El también presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Informáticos de la Comunitat Valenciana apunta a otros «caballos de batalla» para abordar conjuntamente con el Gobierno: privacidad, menores, acoso, espionaje, seguridad, redes sociales? «No se toman medidas en ámbitos importantes y esto empieza a ser muy preocupante», alerta.

Compartir el artículo

stats