M. M. de Castelló es otro de los rostros de la impotencia por los impagos de la Generalitat. Después de 7 años trabajando como administrativa se compró el que iba a ser su hogar. Territorio le aprobó en septiembre de 2009 una subvención de 15.000 euros con la que contaba para hacer frente a los gastos de entrada del piso. Cinco años después aún espera el dinero.

Su situación es extrema y ya no le quedan ahorros para poder pagar la hipoteca, la luz, el gas y la comida. Ha tenido que vender el coche y solo le quedan tres meses de paro, del que cobra 522 euros. Recientemente le han quitado otra ayuda de 90 euros para la hipoteca que le aprobaron para diez años. La desesperación ha sobrepasado el límite porque el banco le ha notificado que ha sido demandada por un impago.

«No puedo pagar, llevo trece años en España, tengo una vida laboral muy buena, nunca me ha faltado trabajo y si no pago es porque no puedo. Me compré un piso con unas condiciones y quiero el dinero que me pertenece, no me sirve que me digan que me lo van a pagar, quiero lo que me aprobaron», reivindica.

La afectada denuncia que otros vecinos que recibieron la ayuda adelantada con un préstamo personal del banco sí han cobrado. «Yo, como no lo necesitaba, no lo pedí. Ahora resulta que los que pidieron el crédito han recibido la ayuda y lo han amortizado. Parece que la Generalitat haya hecho un pacto con los bancos», lamenta. Mihaela no ha podido pagar el IBI de 2014. «¿Qué hago? ¿Me pongo a robar? No encuentro trabajo y no me pagan la subvención. Necesito que me ayuden. Si unos han cobrado, ¿por qué yo no?», concluye.