El Presupuesto del 2015 consolidará la recuperación económica que la Comunitat Valenciana está consiguiendo en los últimos meses y atenderá las necesidades de los ciudadanos. Que las partidas que tienen que ver con educación, sanidad, bienestar social y empleo supongan casi el 90% del presupuesto es un claro ejemplo de las prioridades del president Alberto Fabra. Que 9 de cada 10 euros vayan dirigidos a políticas sociales y de empleo demuestran la sensibilidad del Consell por atender a quienes más lo necesitan. Negar la evidencia no es más que pretender confundir y desvirtuar la realidad, algo que desde la oposición se viene practicando con ahínco.

Es indudable que este presupuesto, que está pensado, como dijo el conseller Moragues, «para que a la gente le vaya mejor», a la oposición no le gusta. Es evidente, como así lo ha manifestado la izquierda parlamentaria, que van a votarlo en contra. Pero, sin embargo, lo que nunca podrán decirle a los ciudadanos de la Comunitat Valenciana es qué alternativa es la suya, sencillamente porque no la tienen, no existe.

Estos presupuestos sitúan como centro de sus políticas a las personas porque ponen a disposición de la Conselleria de Bienestar Social 838 millones, un 19,1% más que este año. Nunca antes se habían destinado tantos recursos económicos para incrementar la Renta Garantizada de Ciudadanía y ampliar en un 30% las personas beneficiarias en 2015, para atender a 11.000 nuevos usuarios de la Ley de la Dependencia, para poner en marcha nuevos planes para luchar contra la pobreza infantil. En definitiva, garantizar que ningún ciudadano quede desatendido por carecer de recursos. Y ¿por qué decimos que los presupuestos de 2015 son una buena estrategia para superar la crisis? Porque las partidas para empleo crecen y la carga fiscal disminuye. Se trata de crear más empleo y que los valencianos paguen menos impuestos. La oposición dijo que la previsión de crecimiento del 0,8% en 2014 era falsa por excesiva. Lo cierto es que se va a crecer un 1,3%. Así se han creado 50.000 nuevos puestos de trabajo en un año.

Nuestro saldo comercial es positivo, la producción industrial crece el triple que la media española y los indicadores son los mejores desde hace años. Por tanto, que en 2015 tengamos una previsión de crecimiento del 2,1%, tal como nos vaticina el último informe del BBVA, permite asegurar que el año que viene en la Comunitat se crearán 75.000 empleos. Además, casi dos millones de contribuyentes se verán beneficiados con la reducción del IRPF. 830 millones de euros se quedarán en los bolsillos de los valencianos. Somos la Comunidad con mayor número de deducciones fiscales.

La oposición se ha quedado sin discurso. Ya no hablan de paro o del tejido productivo.

Y no lo hacen porque de enero a septiembre se han creado en la Comunitat Valenciana 32 empresas cada día, nuestras exportaciones crecen a un ritmo del 6% y los gastos financieros de la Generalitat se han reducido un 20,3%.

Y, sobre todo, porque con estos presupuestos hemos superado los tiempos de los reajustes y de los sacrificios, para pasar a una etapa de consolidación del crecimiento. Por eso, los presupuestos de 2015 son una buena herramienta para superar la crisis económica, para resolver los retos sociales de la Comunitat Valenciana y, especialmente, «para que a la gente le vaya mejor».