En el término de Siete Aguas, a media hora de Valencia por la autovía de Madrid, se encuentra la que probablemente sea la última casa de postas en pie y en uso del antiguo camino real que unía Valencia con la capital española. Se trata de Venta l'Home, uno de los restaurantes decanos de Valencia. Algunas guías gastronómicas y de turismo dicen que es el más antiguo de Valencia porque funciona desde 1697. Sin embargo, de la fama y renombre que alcanzó la venta en los años 90, entre cuyos comensales ilustres se contaban artistas y políticos como Felipe González, Ripollés, Francisco Ibáñez o Miguel Ríos, queda poco ahora.
La venta ha entrado en un proceso de decadencia fruto de la construcción de la autovía, que le quitó clientela, de la crisis económica y de la enfermedad de su dueño, Xemi Baviera, que se desmarcó del negocio hace dos años. La familia Baviera, tras desahuciar por impago al último arrendatario, ha puesto en venta el edificio por 300.000 euros.
La venta es un museo y conservan en buen estado elementos como la gran chimenea redonda de la cocina, las cuadras o el irregular suelo de piedra y barro. Tinajas de todos los tamaños, candelabros, iedras de molino, vajillas de porcelana, alpargatas, cuadros y teléfonos antiguos decoran, uno con otro, las paredes de la venta.
José Baviera, empresario y emprendedor valenciano, y su esposa, Concha Palop compraron en 1964 la venta, donde se vendía hielo y vituallas para los viajeros de la carretera de Madrid. La convertieron en una casa de comidas que funcionó durante muchos años gracias al flujo constante de viajeros. Uno de los hijos del matrimonio, Xemi Baviera, convirtió el restaurante en un referente gastronómico pionero de la alta cocina que combinaba productos de calidad, de montaña y mar, que el mismo se encargaba de comprar en el Mercado Central. Bajo la gestión de Xemi Baviera, Venta l'Home obtuvo una de las codiciadas estrellas Michelín.
La construcción de nuevas y modernas infraestructuras, muchas veces sobre las existentes, han dado al traste con gran parte de la red de casas de postas, cuyo origen se remonta en España a los Reyes Católicos.
La reina Juana y su hijo Carlos I instituyeron por cédula real en 1518 el correo de postas reglado. Las postas habían comenzado a funcionar en tiempos de los Reyes Católicos, si bien gracias a la cédula real empezaron a proliferar rutas postales y casas de postas, dotadas del personal y equipamiento, que gozaban de protección de la Corona lo que, además, contribuyó a dar más seguridad a los peligrosos caminos de la época.
En el camino real de Madrid, llegaron a funcionar más de sesenta de estas posadas. Una de las primeras ventas saliendo de Valencia a Madrid por la ruta de Cuenca era la de Siete Aguas. Antes estaba la venta del Poyo, desaparecida, y después la venta de Contreras, actualmente una ruina.
Cada casa de postas, según el reglamento general expedido por Felipe V, estaba gobernada por un maestro de postas encargado y obligado a servir los caballos de refresco necesarios para el normal funcionamiento de los correos y diligencias. El correo real y urgente lo hacía habitualmente un jinete que cambiaba de caballo en cada posta de la ruta. La diligencia, enganchada normalmente con cuatro caballos transportaba, además del correo, a los viajeros.
La familia Baviera confía en que la venta recupere el esplendor de antaño y los clientes y viajeros vuelvan a dar vida a este pintoresco lugar.
