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Fórmula 1

La pesadilla de la F1 sigue viva

El Consell aún tiene pendiente de liquidar el contrato con Berni Ecclestone al año de anunciar que el magnate perdonaba la penalización - Fabra no logra soltar lastre de la herencia recibida

La pesadilla de la F1 sigue viva

Tres años después del giro copernicano que la Generalitat dio a la política de grandes eventos, la Fórmula 1 sigue siendo una pesadilla para el Consell de Alberto Fabra. Los bólidos ya han atropellado a su antecesor, Francisco Camps, contra el que la fiscalía especial Anticorrupción acaba de presentar una querella como presunto autor de un delito continuado de malversación de caudales públicos y otro de prevaricación por la operación Valmor.

Pero su sucesor no consigue deshacerse de esa pesada herencia. El Consell aún tiene pendiente de liquidar el contrato con el magnate británico Bernard Ecclestone y la investigación abierta por la compra de Valmor y la asunción de su deuda millonaria amenaza con complicar el futuro político de Alberto Fabra, mientras espera que Génova le señale como candidato a las elecciones de 2015.

Hace ya un año que la Generalitat daba por hecho que no tendría que pagar la penalización por abandonar la competición antes de la finalización del contrato. Incluso, desde el Consell aseguraron que Ecclestone se daba por satisfecho con llevarse las vallas, los neumáticos y la infraestructura del circuito del Grau que aún pudiera utilizarse en otros circuitos, pero el acuerdo formal de que no habrá penalización a Valencia no se ha producido en estos meses. La sombra de los grandes eventos sigue siendo alargada para Fabra.

Y ello pese que el Consell insiste en poner en valor el «esfuerzo» que ha hecho para desembarazarse de la herencia recibida. La consellera portavoz, María José Català, recordaba el viernes el momento «muy difícil» que el Consell vivió en 2011 «cuando Valmor no podía afrontar la organización del gran premio y la Generalitat se enfrentaba al pago del canon; por eso es de valorar el esfuerzo del Consell para que los ciudadanos no tuvieran que pagar», remarcó. «Era susto o muerte», según el conseller Juan Carlos Moragues.

Las pruebas de 2013 y 2014 no se celebraron tras fracasar la opción de alternar las carreras con Cataluña y el Consell aseguró entonces que Ecclestone había aceptado perdonar la multa por incumplimiento de contrato, pero los diez kilómetros de vallas homologadas sobre base de hormigón siguen apiladas en el circuito.

Indemnización de 50 millones

Según el contrato firmado en 2007 por el expresidente de la Generalitat Francisco Camps, Ecclestone se reservaba en caso de incumplimiento el derecho a recibir una indemnización por valor de dos anualidades del canon de la prueba, unos 54 millones de euros, según dijo la portavoz del Consell.

Pero el contrato sigue sin liquidar. La Generalitat confiaba en que al quedar excluida del calendario de la competición Ecclestone no pudiera reclamar por lo que decidió dejar pasar el tiempo e interpretó su exclusión de los grandes premios como un consentimiento tácito de que el británico no reclamaría esa penalización.

La táctica desde entonces ha sido no hacer demasiado ruido sobre esta cuestión para intentar que el británico se olvide de Valencia y más ahora con el frente judicial que se ha abierto tras la querella de Anticorrupción contra Camps, Johnson y Aspar.

Un coste cercano a 300 millones

La factura de la Fórmula 1, que Camps aseguró varias veces que no costaría un euros a los valencianos, se acerca ya a los 300 millones de euros. El coste de las cinco carreras celebradas supera los 130 millones de euros , mientras la inversión para la construcción del circuito ronda los cien millones, a los que hay que sumar los 41 del rescate a Valmor sobre los que el fiscal Anticorrupción acaba de poner la lupa, además de los pagos de RTVV y el montaje de gradas.

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