El informe de la Sindicatura de Comptes sobre el Hospital General Universitario es una enmienda a la totalidad contra la gestión del dimitido Sergio Blasco en su último año al frente del centro sanitario. La auditoría es demoledora contra el ex director gerente, que está siendo investigado por un juez por sus negocios sanitarios en Perú. En la letra gruesa y en los matices. De entrada, destapa que el resultado presupuestario de 2013 no son los 2.590.986 euros de superávit que reflejan las cuentas entregadas, sino un déficit de 17.144.026 euros y un remanente de tesorería negativo de 7.536.560 euros.

El motivo, subraya el Síndic, es que hay «gastos presupuestarios no contabilizados» por un importe de 19.735.012 euros. Esto es, las llamadas facturas en los cajones de la cuenta 409, esa especie de sala de espera donde se consignan gastos realizados sin presupuesto, que han sido reconocidos en el balance y están pendientes del crédito necesario para ser satisfechos. La situación económica del Consorcio del Hospital General es, en la práctica, de quiebra. Del balance y la cuenta del resultado económico patrimonial se desprende que a 31 de diciembre de 2013 el Consorcio del Hospital General «tenía un fondo de maniobra negativo por 4.122.343 euros (...) y que las pérdidas del ejercicio habían ascendido a 15.357.433 euros».

Ante esta situación de desajuste económico y patrimonial, con «insuficiencia presupuestaria (sin tener en cuenta el efecto de contabilización de la deuda con la Diputación por las liquidaciones de las aportaciones del Estado de ejercicios anteriores), así como de sus necesidades de financiación», el Síndic aconseja «elaborar un informe de gestión sobre las causas del desequilibrio y, en su caso, un plan de ajuste de saneamiento en el que se indicarán las medidas correctoras a fin de garantizar la sostenibilidad financiera». En la lista de objeciones formuladas también figura un correctivo por no haber contabilizado «los reintegros de las liquidaciones negativas definitivas de las aportaciones con cargo a los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a los ejercicios de 2008 y 2009, que, a 31 de diciembre de 2013, ascendían a 25.164.511 euros». El hospital se financia con aportaciones de la Generalitat (60%) y de la diputación (40%). De la corporación provincial le llegaron 79,6 millones en 2013. Esos 25 millones es lo que el Consorcio tenía pendiente de devolver por los anticipos de más recibidos del Estado „la diputación se nutre básicamente de recursos estatales„ una vez hecha la liquidación, dos años después de cada ejercicio, como es preceptivo. Entre el cúmulo de irregularidades detectadas, el Síndic menciona también que los presupuestos del Hospital General fueron aprobados el 25 de abril de 2013. Fuera de plazo, dado que deberían haber sido ratificadas como máximo el 31 de diciembre de 2012.

Tras el aluvión de críticas del Síndic, el Consorcio del Hospital General se comprometió «en fase de alegaciones» a que las cuentas de 2014 se formularían «atendiendo a las indicaciones expuestas» por el Síndic de Comptes.