A la Generalitat le caerá como agua de mayo pero la condonación en 2015 de los intereses de la astronómica deuda que ya está en manos del Estado „más de 18.000 millones„ la mantendrá bajo el férreo control del Ministerio de Hacienda. En la práctica, acentuará la situación de intervención. Un escenario muy diferente a si el Gobierno hubiera decidido acometer, con los mismos recursos que va a poner sobre la mesa en el plan de la deuda de las autonomías, la reforma del sistema de financiación. El Ejecutivo de Rajoy, que hoy aprobará las medidas legislativas para dar cobertura a las decisiones adoptadas en el Consejo de Política Fiscal del martes, se ha pasado la legislatura asegurando que «no hay dinero» para afrontar la modificación del modelo heredado de Zapatero, que se ha cansado de repetir que es «malo» y no le gusta.

Sin embargo, las medidas esbozadas por el ministro Cristóbal Montoro y por el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Beteta, en rueda de prensa la noche del martes, tras la reunión del CPFF, comportan que el Gobierno inyectará a las comunidades, para ayudarlas a combatir el déficit especialmente al financiarse al 0 % de interés, alrededor de 9.000 millones. De éstos, 4.885 millones corresponden al plan estricto para dejar al 0 % la deuda de las autonomías rescatadas, entre ellas la valenciana, a través del Fondo de Liquidez Autonómica y del Plan de Pago a Proveedores, desde 2012, así como la nueva que contraigan a través del Estado en 2015. Con otras medidas, suman hasta 5.552 millones. De éstos, el Consell dice que le corresponden 750. A los 5.552 millones se añaden los 1.000 con que se dota el FLA Social para que las regiones paguen deuda con los ayuntamientos derivada de convenios de gasto social. Y completan el cuadro los 2.500 millones que supondrá la asunción del coste de la devolución del «céntimo sanitario».

Unos fondos que habrían permitido afrontar la modificación del sistema. De hecho, un informe de Standard and Poor´s revela, tal como publicó en su día Levante-EMV, que con 4.000 millones se podría igualar a la media a las comunidades que, como la valenciana, están por debajo. El Consell, el peor financiado junto con Murcia, recibe cada año mil millones menos de lo que debería al no estar en la media. Pero, de haber acometido la modificación del modelo con los 9.000 millones, el ministerio habría dado autonomía financiera y, por ende, política, a las comunidades. En cambio, con el plan de condonación de intereses, las comunidades rescatadas seguirán sometidas y a expensas de los fondos que les inyecte Madrid. De paso, como admitió el ministro, se evita un «conflicto» entre autonomías, en un momento en que, dijo, hay que «consolidar» la recuperación. Sin embargo, la viabilidad de las cuentas autonómicas solo es posible con la reforma del sistema; con el plan de la deuda precisarán seguir conectadas a la respiración asistida del ministerio.

Recursos que no se consolidan

No en balde, el interés cero solo estará garantizado en 2015. Para 2016 y 2017 se remite a futuras decisiones. También las cumplidoras se verán afectadas. A éstas el ministerio les ofreció, a través de un nuevo fondo llamado Facilidad Financiera, el interés del 0 % en 2015, 2016 y 2017, sin condicionamientos (esto es, exigencia de plan de ajuste), pero supeditado a que sigan cumpliendo los objetivos de déficit, deuda y pago a los proveedores en 30 días. Si alguna incumple cualquiera de éstos, pasaría al FLA malo. Su adhesión al nuevo FLA bueno es voluntaria pero el ministro ya recalcó que «ningún gobernante puede presentarse ante sus electores diciendo que va a pagar más por los intereses, en lugar de liberar recursos para gasto social».

En la rueda de prensa, Montoro enfatizó que «no tiene nada que ver» el sistema de financiación con el plan de quita de intereses, pero, acto seguido, desveló las claves: «La financiación autonómica son recursos recurrentes, consolidados, una distribución de los ingresos entre las comunidades y el Estado, y esto son operaciones financieras. No tiene nada que ver».