Tres médicos valencianos han puesto en marcha en Valencia el primer banco privado de células madre de adulto en España, que podrán ser utilizadas por el propio donante cuando las necesiten como tratamiento de posibles enfermedades.

La idea comenzó a gestarse tras observar que los pacientes que superaban un cáncer sufrían enfermedades, como insuficiencias renales o degeneraciones neuronales, 10 años antes de lo habitual por las consecuencias que les generaba el tratamiento de quimioterapia. En 2006, un Real Decreto permitió en España la creación de bancos de células madre adultas para uso autológico (para el propio donante) eventual. Así, en este banco, que lleva por nombre Celulife y que se encuentra ubicado en el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), se criopreservan las células madre de adulto para «garantizar su potencial terapéutico» cuando se necesiten en el futuro ya que esta técnica garantiza sus «propiedades sine die», según revela el doctor José Manuel Cervera, responsable de Celulife.

«La criopreservación permite detener la edad biológica» de las células madre de modo que su potencial terapéutico se incrementa ya que «no es lo mismo emplear mis células madres a los 70 años que con la edad de 30 años», relata Cervera, quien anunció un acuerdo con una entidad bancaria para financiar el proceso que, en total, incluida la extracción y el análisis de virus que por imperativo legal debe practicarse a todas las muestras, cuesta 2.578 euros. Con esta financiación, el tratamiento se puede pagar a 50 euros mensuales durante los primeros cinco años para abonar a partir de este momento otros 50 euros anuales.

Las células madre proceden de tejido graso y se obtienen realizando una sencilla intervención que dura unos 15 minutos. Se pueden extraer durante cualquier intervención y en cada muestra se pueden obtener unos 6 millones de células, cantidad suficiente para poder utilizarlas en más de 200 intervenciones.

En un tanque a -196 grados

Celulife conserva las muestras, que deben ser anteriormente extraídas en los centros autorizados, en tanques de nitrógeno líquido a menos de 196 grados centígrados. Desde que el banco de células madre obtuvo el pasado mes de agosto la autorización ya se han superado la veintena de clientes, todos ellos médicos, «gente muy informada que ve los beneficios de esta técnica».

En la actualidad existen múltiples ensayos clínicos que intentan demostrar la eficacia de las células mesenquimales en el tratamiento de diferentes enfermedades y el número de publicaciones científicas sobre células madre supera las 30.000 (www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed).

De hecho, hay más de 400 ensayos clínicos registrados en el Servicio de Salud de Estados Unidos (www.clinicaltrials.gov), de los cuales el 70 % ha superado la fase I (inocuidad del tratamiento) y ya se encuentran en fase II (demostración de efectividad) y fase III. España impulsa el 30% de está investigación. «Si alguien piensa en un reloj piensa en los suizos pero si hablamos de terapia celular piensa en España», asevera José Manuel Cervera.

La terapia celular se está estudiando en enfermedades osteo-articulares, cardíacas, hepáticas (cirrosis hepática, por ejemplo), neurodegenerativas (esclerosis múltiple y párkinson, entre otras), gastro-intestinales (Crohn, colitis ulcerosa, fístula, etc), diabetes tipo I y II, rechazos de trasplante, enfermedades pulmonares, defectos en cicatrización y cáncer. Las enfermedades inmunitarias y autoinmunes también constituyen importantes problemas para la medicina actual.