­

­«La única reparación después de estos accidentes tan trágicos y después de todo el dolor que han causado es que se sepa la verdad», reivindicó ayer Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación de víctimas del metro 3 de julio (Avm3j), en presencia de familiares de los accidentes del Alvia en Santiago de Compostela y del Yak-42 que asistieron ayer a la 99ª concentración de la Avm3j. Cinco respetuosos minutos de silencio en homenaje a las víctimas del metro (43 muertos y 47 heridos), del Alvia (81 muertos y 140 heridos), de Spanair (154 fallecidos y 18 heridos), del Yak-42 (75 muertos) y del Madrid Arena (cinco fallecidas) abrieron la primera concentración de 2015, que llenó la Plaza de la Virgen.

La Avm3j dedicó su primer manifiesto del año a responder al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, quien aseguró, en una entrevista concedida a Levante-EMV, no saber por qué ha de pedir perdón a las víctimas del metro. Ante estas declaraciones «nada honorables» del presidente de la Generalitat desde la Avm3j replicaron al jefe del Consell que «los valencianos nos merecemos un presidente que sepa reconocer los errores, los suyos y los cometidos por sus antecesores en el cargo, porque no vale con decir: "yo no estaba" cuando ocurrió el accidente, porque sí que estaba cuando salieron a la luz las irregularidades sobre el borrado de la caja negra, la ocultación de los descarrilamientos previos y de diversos documentos tanto al perito, como al juzgado y a la comisión de investigación en las Corts». Y añadieron: «¿Tampoco ve Alberto Fabra motivo para pedir perdón el que se prohibiese a los profesionales de RTVV informar sobre el mayor accidente de metro ocurrido en España? Alberto Fabra sabe que las cosas se hicieron mal antes y después del accidente. Y si todavía no sabe por qué ha de pedir perdón, es que no merece ser el presidente del Gobierno valenciano», concluyó la secretaria de la Avm3j, Rosa Garrote, responsable de la lectura del manifiesto.

Tras ceder la palabra a las víctimas del Alvia y del Yak-42, la presidenta de las víctimas del metro, Beatriz Garrote, censuró la actitud de las administraciones que «han sido partícipes y responsables en las tragedias que han provocado el dolor y que ponen todo su empeño en impedir las investigaciones, en torpedearlas y ningunear a las víctimas. Su único trabajo consiste en salir bien en la foto y no reconocer errores para que nadie les quite ese poder, ese privilegio del que se han acostumbrado a vivir y depende de los afectados trabajar para que se conozca la verdad sobre lo ocurrido». Frente a este desamparo de las víctimas de graves accidentes, la presidenta de la Avm3j reivindicó «gobiernos que traten a las víctimas con honestidad y justicia».

«El maquinista es el último eslabón de una cadena de chapuzas»

Las víctimas del accidente del Alvia estaban «impresionadas» ante el apoyo ciudadano a las víctimas del metro. La Avm3j cedió el uso de la palabra a dos miembros de la Plataforma de víctimas del Alvia 04155 y a un representante de las víctimas del Yak-42. Un emocionado Luis Buitrago, que perdió a su hija y a su novio en Santiago de Compostela, denunció que en este tipo de accidentes «la culpa no es solo del maquinista o de los pilotos, sino que hay gente que, por un motivo u otro, no quiere que se sepa la verdad, aunque nosotros no vamos a dejar de luchar para conseguirla». Y agradeció a la Avm3j: «Sois todo un ejemplo y vamos a seguir vuestra lucha, aunque sabemos que es difícil». Jesús Domínguez, que sufrió graves heridas en el accidente del Alvia, incidió en que sus reivindicaciones «van más allá del signo político: No nos confundamos, en el accidente de Santiago les ha pillado al PP y al PSOE y ambos se niegan a una comisión de investigación. En todos los casos los maquinistas o los pilotos son el último eslabón de una cadena de negligencias y chapuzas». Las víctimas del Alvia impulsan una campaña de micro mecenazgo para financiar el documental y libro, «Frankenstein-04155» que «haga salir a la luz la investigación que se ha negado a nivel parlamentario». Paco Cardona, el vecino de Alboraia que perdió a su hijo en el accidente del Yak-42, recordó «las dos sentencias que han declarado que aquel vuelo era ilegal» por las irregulares condiciones en que se contrató y voló. Y lamentó que los responsables de la mala gestión y las identificaciones fraudulentas de los cuerpos hayan sido premiados con «cargos y ascensos».