El flamante secretario general de Podemos en Valencia, Jaime Paulino, ve la candidatura popular 'Guanyem' que se está cocinando en la ciudad como un potencial socio electoral por su vocación de plataforma ciudadana, pero su apoyo a ese proyecto estará condicionado a cómo se concrete: «Guanyem no puede ser un pacto de partidos. No participaremos si lo es. Podemos estará en las municipales. O apoyará a Guanyem o promoverá una plataforma propia».

Este podría ser el titular de urgencia de Jaime Paulino, 31 años, investigador en Filosofía y líder local del partido de Pablo Iglesias desde el viernes. Paulino, formado en el 15-M y las luchas estudiantiles, ofreció ayer las coordenadas en las que se moverá el partido ante las elecciones municipales de mayo. No concurrirán bajo la marca Podemos, pero ofrecerá el cotizado apoyo de su marca a quien garantice respeto a sus condiciones.

Podemos, en realidad, ha dictado una orden de alejamiento contra EU y Compromís. «La fórmula es el protagonismo ciudadano. Pasa por que no sea una sopa de siglas, que no sea un reparto de cuotas de partidos. Que el método sea primarias abiertas, con un código ético estricto, con capacidad de fiscalización y control sobre los cargos electos», enumera a Levante-EMV.

Podemos juega a contrarreloj y su proceso de constitución se solapa con la decisión sobre cómo concurrir a las municipales. Paulino, con todo, pone la fecha de finales de enero para tener cerrado el debate y convocar el referendo en el que todos los inscritos lo ratifiquen. Que el proceso de puesta en marcha de Guanyem sea «más lento» que en Madrid y Barcelona complica el escenario, reconoce.

En cualquier caso, Paulino insiste en que la premisa debe ser «dar cabida a la sociedad civil». «Creemos que es necesario mirar más allá de los círculos para construir una mayoría social. Es necesario dar cabida a los movimientos sociales. Sería arrogante no tomarlos en consideración», añade. «¿Cómo pensar Russafa sin Plataforma per Russafa; cómo pensar qué política de vivienda sin la PAH?», corteja.

Paulino ganó el viernes las primarias con la etiqueta de hombre de Iglesias (han arrasado en toda España) y el apoyo del 58 % de inscritos. Pese a la baja participación, votaron 1.900 personas, semejante a los que lo hicieron para el consejo ciudadano. La marca, sostiene, no se ha desinflado. Está al frente de un colectivo de 7.000 inscritos que reúne cada 15 días a mil personas en 22 círculos.

Pero, ¿qué predica Podemos para Valencia?

«Hay una idea clave: el derecho a la ciudad. Durante mucho tiempo ha sido un obstáculo. Nos hemos olvidado de que es el espacio de socialización primaria». Desde esa idea, reivindica dar voz a los barrios frente al «disparate» del PGOU o una salida para el Cabanyal guiada por los vecinos. Y reivindica para la política institucional conceptos que trae en su mochila de alterglobalizador, como la «economía del bien común» o el «consumo responsable» para, por ejemplo, reintroducir la huerta en la economía local.

Paulino censura también «un modelo de marca Valencia desarrollado a espaldas de la ciudadanía». La F1, la Copa América? «No es sostenible: el modelo de grandes eventos es el único que hemos conocido. Hay que explorar otros que no vayan en contra de la gente».

¿Identidad? La toma de las plazas

El nuevo líder de Podemos deja claro que la cuestión identitaria no es prioritaria en un escenario de «emergencias sociales», una trinchera en la que hay más votos que perder que ganar: «Ahora mismo el valencianismo es un término en disputa. [?] Esforzarse por reivindicar símbolos que dejaron de identificar a parte de la población hace años sería un error». «Me siento más vinculado al proceso de toma de las plazas que a cualquier narración identitaria previa, sin despreciarlas», concluye.