«A lo largo de la historia no sabemos cuántos humoristas gráficos habrán caído en el mundo árabe, porque allí también hay humoristas muy buenos, ¡pobrecitos, cómo se las verán! Algunos pudriéndose en la cárcel», reflexiona Ortifus tras el atentado de Paris.

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Los humoristas son un blanco fácil del fanatismo

Hay veces que duele más lo que ridiculizamos nosotros que la información seria. Duele la burla. «Charlie Hebdo» es un semanario satírico y si no te gusta la sátira, el humor, la crítica, no lo leas, porque este tipo de publicaciones es para personas que tienen sentido del humor.

Qué sintió cuando se enteró del atentado

No te crees nunca que pueda pasar una cosa así, en Paris y a plena luz del día... Que hayan muerto unos humoristas por dar su visión de una situación es increíble. Sí, estamos en el punto de mira porque les duele que señalemos sus barbaridades y sobre todo por lo difícil que es entablar una comunicación con un fanático, esa gente no entiende de comunicación.

Conoció a los dibujantes asesinados

Han sido mis referentes. Francia ha sido siempre un modelo en libertad de expresión. En 1825 ya había una revista de humor porque van muchos años superadelantados. Yo he aprendido muchísimo de ellos, de Wolinski y de Cabu..., ellos eran mi referente y de los que aprendí cuando no tenía ni idea de que iba a ser humorista gráfico. El humor gráfico lleva un carga ideológica y política detrás, yo aprendí mucho de ellos, no solo de ideas sino de líneas y a deshacerme del escenario de cualquier cosa que eclipse la idea que quiero trasmitir.

¿Cómo define este humor?

Es un guiño rápido a un espectador que piensa igual que tu y que sonríe cuando ve que alguien ha reproducido lo mismo que él piensa.

En la viñeta-esquela que publicó ayer hay dos lápices que lloran

Era un día muy triste. Los dos lápices miran con mis ojos que siempre aparecen en mi estilo, uso mucho los ojos como comunicación directa con el lector y he visto los ojos en el culo de los lápices y los he puesto a llorar. Los lápices llevan escrito el nombre del semanario «Charlie Hebdo».

Las balas no pueden acabar con el humor ni con la sátira

Tenemos claro que estas cosas no nos van a parar, en el mundo somos muchísimos los que tenemos la necesidad de hacer público, los abusos, la corrupción... No nos van a parar porque no nos van a fusilar a todos. No hay que olvidar que en la transición a la redacción de «El Papus» llegó un paquete bomba.

¿Ha publicado usted alguna viñeta de Mahoma?

No sé si en la «Cartelera Turia» he publicado algo, no me acuerdo, pero yo he quemado a Jesucristo en una falla en 1994 y no ha pasado nada. Occidente ahora es muy tolerante, aunque en España hace 50 años no era lo mismo.

¿Le daría miedo hacerla?

Si tuviera que hacerla porque hubiera un motivo, la haría, claro, aunque este no es el medio. A mi los dioses no me atemorizan. Los dioses los crea el hombre. Eso por lo que ellos han matado no existe. Para mi no existe ni Alá ni Jesucristo.

¿Ha sido amenazado alguna vez?

Varias veces. Una vez saqué un chiste que decía: «La corrupción no está generalizada, va todavía por sargento» y un sargento me escribió una carta amenazándome de que me iba a hacer de todo. El tío no había entendido el chiste. En otra ocasión un«facha» también me amenazó porque mi tira había salido al lado del un artículo de opinión titulado «Españolito» y pensaba que iba contra él. Tampoco se había enterado, no sabía leer, pero le dije: si tienes que venir a pegarme, ven de cara, por la espalda no, como han hecho con ellos.