Aunque el frío todavía no ha mordido como corresponde por la época del año en la estamos, los profesionales de urgencias de los hospitales sí que han comenzado a vivir los momentos de más tensión de todo el año, con los servicios saturados de pacientes y sin camas libres en las plantas donde ingresarlos.

La masiva afluencia de enfermos a hospitales como La Fe dejó ayer a los celadores sin camillas para trasladar a los pacientes que llegaban en ambulancia. La descripción corresponde prácticamente al retrato-robot de la mayor parte de los servicios de urgencias de los hospitales de la C. Valenciana, según relataron a Levante-EMV diferentes fuentes.

En el hospital estrella de la C. Valenciana, La Fe, 35 enfermos esperaban en el área de Observación de urgencias desde mediodía del lunes a que quedara una cama libre en alguna de las plantas. Por su parte, fuentes del centro indicaron que estaba previsto que ingresaran a lo largo de la tarde de ayer, es decir treinta horas después de que el médico lo ordenara.

El hospital reconoció un incremento importante de pacientes crónicos y pluripatológicos con problemas respiratorios y descompensaciones cardiacas debido a la época invernal y añadió que el aumento de la actividad quirúrgica programada tras las vacaciones de Navidad también había contribuido a mermar el número de camas disponibles.

Las cosas no pintaban mejor en el hospital Clínico de Valencia donde el promedio de espera oscila entre las seis y las doce horas y un lleno total en el servicio de Neumología que tuvo que habilitar la denominada «cama C», o sea un tercera cama en habitaciones diseñadas para dos enfermos y con mobiliario solo para dos.

La espera de los pacientes en la sala de Observación de urgencias se ha prolongado entre dos y tres días antes de alcanzar una cama. Fuentes próximas al centro indicaron también que se había registrado el fallecimiento de algún enfermo en esta zona antes de ser trasladado a planta, si bien este extremo no pudo ser contrastado con el hospital.

Derivación de enfermos

La masiva llegada de pacientes, muchos de ellos muy mayores y con descompensaciones respiratorias obligó a profesionales del Clínico a derivar pacientes al hospital Arnau de Vilanova.

La situación de colapso y de incremento de atenciones urgentes demorará las obras de reforma que están previstas que se hagan en esta parte crítica del hospital.

En el hospital Doctor Peset, los profesionales también acusaron un frenético ritmo de trabajo en urgencias con un aumento de atenciones realizadas de hasta 396 „veinte más de lo habitual„ el lunes con 70 derivaciones a ingresos.

La necesidad de acomodar a los enfermos obligó a los sanitarios a instalar camillas en los pasillos, según indicaron fuentes próximas al centro. A mediodía de ayer todavía quedaban dos pendientes de ser subidos a planta.

Por su parte, el hospital General de Valencia tuvo que recurrir a poner camas supletorias en las habitaciones para aligerar la demanda de enfermos que llegaban a urgencias y evitar que estuvieran ingresados en los pasillos, la mayor parte de ellos con cuadros de descompensación.

En el hospital de Gandía también tuvieron que recurrir a la «cama C» en las habitaciones por la afluencia de pacientes que requerían ser ingresados.