El «culebrón» en el que se ha convertido el proceso interno para la elección del candidato del PP a la Generalitat podría resolverse en un plazo muy breve. El número tres de Génova y «jefe» de la campaña popular para las municipales y autonómicas, Carlos Floriano, dio por hecho en una reunión de su equipo que el aspirante del PP al Consell será Alberto Fabra. Esa sería la hipótesis de trabajo con la que Génova estaría trabajando cuando, en principio, restan pocos días para iniciar el plazo que la cúpula popular se había marcado de cara al arranque del proceso de selección de candidatos. De acuerdo con las fuentes consultadas y siempre conforme a la conversación que Floriano habría mantenido con sus colaboradores, sólo faltaría una conversación entre el propio Mariano Rajoy y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, antes de que la candidatura de Fabra sea ya oficial.
El jefe del Consell lleva meses intentando sin éxito que Génova valide su opción aunque sea con un gesto, algo que hasta ahora no se ha producido. Fabra, incluso, fracasó en su intento de recoger firmas y de que los barones provinciales le dieran su aval para encumbrarlo como aspirante oficial a un segundo mandato en la Generalitat. En las filas populares se esperaba que el comité ejecutivo nacional que el PP celebró el pasado lunes sirviera para despejar dudas. No hubo ni un gesto a favor de Fabra. Mariano Rajoy se limitó a oficializar el nombramiento de Carlos Floriano como director de la campaña electoral del PP. Y, a la postre, esa designación ha resultado clave a la hora de que finalmente los populares acaben con sus dudas en la Comunidad.
Después de esa cita en Génova, Floriano se reunió con su equipo para comenzar a engrasar la maquinaria de la campaña. Cuando se empezó a abordar la situación de la Comunidad, Floriano habló de un diseño de la carrera electoral en el que, subrayó, Alberto Fabra sería el candidato al Consell. Colaboradores de Floriano pusieron cara de sorpresa en tanto que apenas unas horas antes la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, no había concedido ni un sólo gesto a favor del presidente de la Generalitat.
El número tres de Génova y persona de la máxima confianza de De Cospedal detalló que sería el propio Mariano Rajoy el que decidiera el momento oportuno para desvelar de forma pública la incógnita y que, en todo caso, ese anuncio se realizaría después de una conversación en la que el presidente del Gobierno explicaría esa resolución a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que es la principal consultora de Rajoy dentro del PP de la Comunidad. Cabe recordar que Barberá, hasta ahora, se ha mostrado de perfil con las aspiraciones de Fabra. El pasado sábado, sin ir más lejos, evitó acudir a uno de los primeros actos de precampaña del PP, celebrado en el Palau de la Música de Valencia. Fuentes del PP reflexionaban en los últimos días sobre el hecho de que las dudas sobre Fabra se disiparían en el momento que Rajoy suavizara la tensión —un secreto a voces en el PP— entre la primera edil del cap i casal y el jefe del Consell.
Génova, como publicó este periódico, encargó una encuesta en la que, además de Fabra, preguntaba por Esteban González Pons, las conselleras Isabel Bonig y María José Catalá e, incluso, el vicepresidente José Císcar. La convención que los populares celebran en Madrid dentro de una semana —un cónclave para el que Fabra ha pedido máxima movilización a sus cargos públicos— puede convertirse en el escenario que acabe certificando sus aspiraciones a un segundo mandato.
