En su paso fugaz por Valencia para su primer mitin, Pedro Sánchez (Madrid, 1972) no le regatea ni un elogio a Ximo Puig, pero deja claro que no piensa hipotecarse con grandes compromisos: financiación, sí; deuda histórica... ya se verá. La frescura de los primeros días deja paso a un líder del PSOE más fiel al argumentario y necesitado de remontar las encuestas. Evita hablar de pactos electorales, pero no rehúye el choque frontal con Podemos, a quien se dirige con tanta virulencia como contra Rajoy: «Sé lo que es la precariedad. El relato de la casta es falso».
Con lo bien que estaría usted en el anonimato de la bancada socialista hace un año, ¿cómo se le ocurre meterse en esto?
[Risas] Lo que hemos dicho en el mitin. El Partido Socialista es el gran partido del cambio. Hay mucha mentira en la política española y necesitamos políticos que digan a la gente no lo que quiera escuchar sino lo que vamos a hacer. Es lo que estamos intentado hacer Joan [Calabuig], Ximo [Puig] y yo.
Y siendo economista, insisto, ¿se lo pensó bien?
Esta semana pasada, en Washington, hubo dos debates en la conversación con Lagarde [directora del FMI]. El primero fue sobre la reforma laboral y los efectos nocivos sobre la desigualdad. Me llama la atención y rechazo el planteamiento del Gobierno de autoevaluarse respecto al número de parados que se encontraron y el que van a dejar. Obvian varios debates. Uno: que hay menos ocupados, que hay menos población activa y el tipo de empleo que se está creando. Un millón son contratos de menos de 20 horas. En el debate surgió la necesidad de garantizar un crecimiento con justicia. Y en segundo lugar, un argumento que planteamos aquí es la necesidad de reestructurar la deuda hipotecaria de familias en riesgo de desahucio y a los autónomos en riesgo de perder su negocio. Beneficiaría a 500.000 familias.
¿Cómo afronta 2015? El escenario está tan abierto en el PSOE y las encuestas que puede acabar para usted en final feliz o como en un drama shakespeariano.
Tiendo a ser optimista, creo que el PSOE es el partido de la esperanza frente a tanto miedo, rencor y mentira. Siempre se dice que unas elecciones son las más importantes de la democracia, pero es cierto que en 2015 se deciden muchas cosas: si queremos un cambio de verdad, con seguridad, o nos mantenemos como estamos, en el bloqueo político del PP. O también los cambios pueden ir a peor.
Usted y Susana Díaz tienen muy presente la C. Valenciana. Con los problemas del partido en Cataluña, parece una quimera ganar la Moncloa sin un buen granero de votos como esta comunidad de cinco millones de habitantes. Parece un objetivo prioritario en su agenda.
Lo más importante es que el cambio que hizo el partido en julio pasado tenía entre sus prioridades que el socialismo valenciano estuviese representado como merece una comunidad grande. Está Ximo, Carmen Montón, otros representantes en la dirección del grupo. En fin, el socialismo valenciano es parte central del cambio que estamos liderando en el partido y España. Si el cambio en España es una urgencia, en Valencia es una emergencia. Hay que devolver la decencia a la política, rearmar moralmente el sistema. Y pasa por un cambio político en la C. Valenciana.
Ha entregado a Puig un área tan central en la agenda de hoy como la regeneración. ¿Qué espera de él en Valencia?
Bueno, sería al revés: Qué espera él de mí. Lo tengo como uno de mis colaboradores mas próximos, me va a tener a su lado para liderar el cambio en Valencia y ser el próximo presidente.
El PSPV da la impresión de estar, internamente, en el momento de mayor estabilidad en lustros; sin embargo, el escenario electoral es complicado.
Han pasado siete años de crisis. La ciudadanía quiere un cambio y el único partido que tiene la experiencia, proyecto, equipos, es el PSPV. Es la clave. Tenemos la sensibilidad, las ideas y la audacia para llevarlos a cabo. Y es lo que tenemos que hacer ver a la ciudadanía, que eso estamos liderando.
Tras siete años es evidente que todo eso afecta al mapa político, pero parto con las mejores expectativas.
¿Puede ser Valencia un laboratorio de futuros pactos con Podemos?
Pero, de verdad, cuando me hacen esa pregunta pienso en el parado, en la mujer a la que recortan sus derechos. Al padre cuyo hijo tiene que emigrar por la falta de oportunidades no le interesa el debate. Le interesa el para qué. Y en el para qué lo tenemos muy claro: nosotros somos un partido socialdemócrata, queremos crear buen empleo, luchar contra la desigualdad, regenerar la vida democrática. Y ese proyecto tiene la suficiente potencia y autonomía como para poder liderarlo nosotros.
Pues tenía previsto preguntarle también por Compromís y EU, potenciales socios del PSPV. ¿Le generan confianza o teme que pase como en Andalucía, con problemas de gobernabilidad?
Yo creo que el Partido Socialista es un partido central. Es el único que puede abanderar y resolver las tres preocupaciones ciudadanas. Una es, y lo vemos claramente en Valencia, la lucha contra la corrupción. El PSPV es quien la ha liderado, en las Corts y los tribunales. Dos: la lucha contra la desigualdad, y tres, la creación de buen empleo. Ximo, si algo me pide, es que hablemos de economía, de reindustrialización de una comunidad que ha visto desmantelar el sistema productivo.
Hablemos de economía entonces. Ha anunciado un cambio en el modelo de financiación autonómica, si gana, pero la pregunta es cuándo. Rajoy ganó prometiendo en 2011 un cambio de modelo que no ha llegado y mantiene a la Generalitat en una situación de inviabilidad.
Rajoy, que siempre se erige en principal defensor de la legalidad, lleva incumpliendo la revisión del sistema desde principios de 2014. Nosotros, nuestro compromiso, es abordar un nuevo sistema autonómica y local. La C. Valenciana es una de las principales damnificadas, se tiene que revisar.
Pero ¿cuándo?
El tema de la financiación autonómica será una prioridad inmediata. Somos el partido que defiende la cohesión. La financiación es la garantía de tener los servicios sociales cubiertos y en Valencia no lo están. Debe ser una de las prioridades.
Una mejor financiación terminaría con estos déficit alarmantes pero la Generalitat tiene un lastre de 35.000 millones que no deja margen de maniobra. ¿Contempla una quita de la deuda con el Estado? Hay una reivindicación histórica de cerca de 14.000 millones, según expertos independientes.
Bueno, lo que es evidente es que en todos los estudios que se han hecho, cuanta peor financiación tienes, más endeudamiento. Bien, en Valencia también se debe al despilfarro. Buena gestión, eficacia en el gasto público, y una mejor financiación para Valencia.
Sin restar valor a la magnitud de los escándalos valencianos, ¿no es injusto que desde Madrid se apunte a la C. Valenciana como símbolo de corrupción? El PP de aquí siempre responde con los ERE de Andalucía, pero también está la Gürtel de Madrid, los Pujol en Cataluña...
El fiscal ha pedido 800 años a exresponsables del PP y ¿Rajoy no sabía nada? Nosotros, con nuestros casos, hemos hecho tres cosas: pedir perdón, expulsar a los corruptos y poner en marcha mecanismos de prevención en relación con la transparencia, y quien lo ha liderado es Ximo Puig. Hemos abierto nueva etapa en el PSOE que nos hace ser el partido más transparente de España. La corrupción es el principal veneno de la democracia. La ciudadanía exige reaccionar y nosotros, cuando la hemos tenido, la hemos extirpado. No como el PP, que ha mirado a otro lado y culpa a jueces y la policía, cuando se ha financiado de manera irregular durante 20 años.
Han citado en el mitin los bolsos regalados a Barberá. ¿Qué es lo que más le escandaliza de lo que ha pasado en Valencia?
La desvergüenza de los responsables del PP al defenderse diciendo que esto era un ataque al pueblo valenciano, cuando lo que han hecho ha sido corromper la confianza de buenos valencianos que votaron al PP.
