Con las señas de identidad de nuevo instaladas en el tablero político, el decano de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV), Enrique de Miguel, aprovechó ayer la solemnidad del centenario de la entidad que dirige para proclamar que la RACV «no quiere fronteras interiores entre los valencianos y seguirá procurando fomentar la unión de todos ellos a través de la cultura». En una Llotja repleta de autoridades y asistentes y compartiendo mesa presidencial con Alberto Fabra, Alejandro Font de Mora, Rita Barberá o Serafín Castellano, Enrique De Miguel trazó un discurso muy volcado hacia la evolución histórica de la RACV y de bajo voltaje político. De hecho, subrayó que la Real Acadèmia „partidaria de las Normes del Puig y que no reconoce la normativa de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL)„ «recibe presiones desde distintos sectores y en varias direcciones, pero la Acadèmia es apartidista y apolítica, y no puede tener otras miras que engrandecer la cultura valenciana, buscando siempre descubrir la verdad utilizando métodos científicos».

Si acaso, y de forma críptica, De Miguel reivindicó el derecho de la RACV de apostar por un valenciano distinto al oficial de la AVL cuando afirmó que «desde la RACV defendemos nuestro Estatuto, nuestra lengua, nuestra Reial Senyera y las restantes señas de identidad, pero también defendemos la libertad de expresión que recoge nuestra Constitución». También criticó la falta de ayudas públicas al sostener que su entidad recibe un 70 % menos subvenciones que hace 8 años.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra „la única autoridad que realizó todo su discurso en valenciano„, exhibió su apoyo a una Real Acadèmia de Cultura Valenciana que definió como «una de las instituciones más emblemáticas para el pueblo valenciano», una «entidad defensora» del modelo de convivencia de la Constitución», y un ejemplo que «siempre ha entendido que nuestra lengua y nuestra cultura son un elemento de unión entre las personas, nunca de ruptura ni de separación», dijo Fabra antes de lanzar una proclama a favor de la «unidad de España».

El jefe del Consell aprovechó para destacar «el interés del Consell en revitalizar el papel que desempeñan estas instituciones que nos hacen crecer como sociedad». «Queremos tenerlas cada vez más presentes, facilitándoles que asuman el protagonismo que merecen en la vida pública», añadió. En este sentido, agradeció a la RACV que haya aceptado su inclusión en el Observatorio de las señas de identidad que la futura Ley de reconocimiento, protección y promoción de las señas de identidad del pueblo valenciano pretende crear y donde no estarán ni la AVL ni el Consell Valencià de Cultura, una decisión criticada por PSPV, Compromís y EU.

De Ausiàs March al Repartiment

En el acto se citaron algunos logros de la RACV, fundada como Centro de Cultura Valenciana de la mano de José Martínez Aloy y Juan Pérez Lucia, como fue reeditar la obra completa de Ausiàs March por primera vez desde el siglo XVII, publicar la Gramàtica de la Llengua Valenciana del pare Fullana o la edición fotolitográfica del Llibre del Repartiment. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, destacó« el espíritu de la Renaixença» y la «vocación inquebrantable de recuperar y salvaguardar la identidad propia valenciana» que ha demostrado la entidad cuyos últimos decanos han sido Xavier Casp, Juan Lladró y Simó Santonja.