El arquitecto Santiago Calatrava quiere que el Tribunal Supremo «se la clave» a Esquerra Unida, utilizando la terminología que sirvió al partido de Ignacio Blanco para bautizar la web —Calatravatelaclava.com— en la que se estuvieron divulgando informaciones y denuncias sobre la facturación y pifias del arquitecto en la Ciudad de las Artes, en el fallido Centro de Convenciones de Castelló o en las inexistentes torres enroscadas, que no pasaron de un proyecto y una maqueta que costaron 15 millones a la Generalitat.
Los abogados del arquitecto han presentado un recurso de casación ante el Tribunal Supremo en el que solicitan que se imponga una condena de 600.000 euros a Esquerra Unida y se cierre la web alternativa Calatravanonoscalla.com, que el partido puso en marcha cuando el juez obligó a cerrar la anterior por considerar que el nombre —concretamente la introducción de la «partícula la»— constituía una intromisión en el derecho al honor del arquitecto. El juez impuso, además, una multa de 30.000 euros al partido. Calatrava anunció que donaría el dinero a una organización benéfica, cuyo nombre no concretó. La página cerrada estuvo operativa, con el nombre considerado ofensivo, desde el 5 de mayo de 2012 hasta justo dos años después, cuando el titular del Juzgado número 12 condenó al partido a «suprimir y dejar de utilizar el dominio». El partido acudió en apelación a la Audiencia de Valencia, que desestimó el recurso y confirmó la multa y el cierre, si bien ratificaba la resolución de primera instancia en la parte en la que consideraba que los contenidos de la web casan perfectamente con el derecho a la información y la libertad de expresión.
Al partido le quedaba un último cartucho para evitar tener que pagar una cantidad que le obligó a poner en marcha un crowdfunding en una plataforma de internet para recoger fondos a través de las aportaciones voluntarias. Pero, tras analizar los riesgos económicos de llegar hasta el Supremo, EU decidió resignarse a pagar los 30.000. Lo contrario suponía exponerse a perder el recurso y tener que asumir las costas procesales. En el partido calcularon que la factura podría ascender a 80.000 euros, lo que supondría una auténtica ruina para la economía de EU. Ha sido el arquitecto quien ha dado el paso y acude al Supremo a exigir una indemnización de 600.000 euros por el daño económico que considera que le ha hecho la página. La difusión de las informaciones —que en algunos casos «constituyen verdades objetivas incontrovertidas», según el juez— sobre los sobrecostes y errores fueron la causa, según el arquitecto, de que perdiera un contrato en Brasil. Concretamente el proyecto de un puente en la ciudad de Tijuca. Los daños y perjuicios los cuantifica en el equivalente a 100 millones de las antiguas pesetas. Precisamente es la cantidad que Calatrava acabó percibiendo como emolumentos por el proyecto y dirección de obras en la Ciudad de las Artes, después de que el Consell del PP le cambiara las condiciones del contrato y pasara a cobrar en función del coste real de la obra y no del presupuesto del proyecto. La mejora le supuso ingresar 42 millones extra.
