Debido a las fuertes rachas de viento registradas ayer, los responsables de las obras de ampliación del colegio Ave María de Benimàmet decidieron derribar el muro trasero del recinto, de unos cuatro metros de altura y cerca de 20 de largo, para evitar que éste cayera sobre algún niño o peatón que pasara cerca de él estos días. No obstante, esta medida preventiva resultó, por desgracia, peor remedio cuando un accidente laboral se cobró la vida de uno de los operarios que participaban en las labores de derribo. El trabajador, de 34 años, murió sepultado por los trozos de piedra, ladrillo y cemento que conformaban esta pared cuando la máquina retroexcavadora comenzó a derribarlo en la esquina opuesta a la que se encontraba él junto a un compañero.

Todo el muro se vino abajo de golpe al recibir la embestida de la excavadora sin dejar posibilidad de escape al operario que estaba junto a éste a unos 20 metros de la máquina. «En ningún momento han pensado que pudiera caerse todo el muro», argumentaba el concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, para tratar de explicar la proximidad de los dos trabajadores al muro en el momento en que comenzaban los trabajos de derribo de la retroexcavadora.

El compañero del fallecido consiguió saltar a tiempo y evitó así sumar otra víctima mortal más a este accidente laboral. Posteriormente, tras intentar sacar a su amigo de debajo de los escombros y comprobar que ya no respiraba, el trabajador cayó destrozado y tuvo que ser atendido por una crisis de ansiedad.

El fallecido, identificado como Daniel Clemente Rentero, tenía 34 años y era padre de dos hijos. Su cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para realizarle la pertinente autopsia, aunque por desgracia la causa de la muerte en este caso no genera dudas.

El siniestro se produjo pocos minutos después de las once de la mañana de ayer, en la calle Campamento con Canonge fenollera, en la pedanía valenciana de Benimàmet. Aunque la causa directa del accidente no fue el viento sino la acción de la máquina retroexcavadora, fue precisamente la alerta del temporal lo que propició que los responsables de la obra decidieran derribar ayer el muro para evitar males mayores.

Obras para el nuevo aulario

El operario fallecido pertenecía a una subcontrata de Paiporta, aunque las obras corrían a cargo de la empresa Bertolín. Las mismas comenzaron el pasado mes de abril y tenían como objetivo derruir una parte del colegio religioso Ave María de Benimàmet, que quedaba fuera de la ordenación de territoritorio, para cederlo a la ampliación de la calle. Del mismo modo en la parte trasera del colegio se estaban realizando obras para construir ahí el nuevo aulario. Fue precisamente en este punto donde se produjo el siniestro.

Las hermanas del colegio se negaron a atender a este periódico e insistieron en que el accidente no tenía nada que ver con las obras del mismo. Hecho que posteriormente fue negado por el concejal Miquel Domínguez, en el lugar de los hechos, quien confirmó que dichas obras de ampliación eran necesarias para ceder una parte al ensanche de la calle.

El siniestro se produjo cuando uno de los operarios, que manejaba la excavadora, comenzó a golpear con la pala de la misma un extremo del muro para ir derribándolo poco a poco. «De repente, se ha desmoronado todo», apuntó un testigo. Otros dos obreros que se encontraban al final del muro, vallando la zona, vieron cómo éste se les caía encima. Uno de ellos logró evitar los cascotes, pero el otro quedó sepultado y murió en el acto.

Hasta el lugar de los hechos acudieron agentes de la Policía Local del distrito de Tránsitos, la Policía Nacional y una ambulancia del SAMU. El grupo de Homicidios de la Policía se hizo cargo de la investigación para determinar si hubo algún tipo de irresponsabilidad. Las diligencias serán remitidas al Juzgado de Instrucción número seis de Valencia, que procedió al levantamiento del cadáver. Asimismo, la obra ha quedado paralizada hasta que se determine si se cumplían todas las medidas de seguridad pertinentes.

Casado y padre de dos hijos de 10 y 4 años

Daniel Clemente Rentero murió ayer a los 34 años tras quedar sepultado bajo los escombros del muro que estaba derribando con sus compañeros de la subcontrata de Paiporta para la que trabajaba actualmente. El fallecido estaba casado y era padre de dos hijos de diez y cuatro años. Además de trabajar en la construcción Daniel tenía el título de peluquería y era un gran aficionado a las artes marciales como muestra en su perfil de Facebook.