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Abusos sexuales a menores

Inocencia en fuera de juego

Los expertos apuntan a la educación sexual y la prevención en el uso de la tecnología como herramientas contra los abusos

Un agente examina unas imágenes que guardaba un pedófilo. g. civil

Este fin de semana la Guardia Civil ha dado a conocer dos grandes operaciones contra individuos que habían cometido abusos sexuales a menores, así como otros que se dedicaban a distribuir imágenes y vídeos de contenido pedófilo. Dos actuaciones policiales que se han saldado con la detención de 36 personas, entre ellas un entrenador de fútbol de la provincia de Alicante, que según el Instituto Armado había realizado filmaciones mientras cometía los abusos.

La tecnología ha facilitado a estos delincuentes la forma de intercambiar este tipo de material y de acceder a potenciales víctimas de forma anónima, desde el otro lado de una pantalla.

En una de estas operaciones, los agentes detectaron que los detenidos llegaban a intercambiar consejos en internet sobre cómo abusar de menores de sus familias, explicando «trucos» para convencer a los niños de que lo que pasaba no eran más que juegos. Estos individuos incluso pretendían ir más allá. Habían planteado crear en Madrid, lo que denominaban un «Club de la perversión», en el cual podrían concertar encuentros para llevar a cabo abusos y filmaciones.

Estas actuaciones policiales hacen visible a la sociedad un drama que rompe infancias y golpea a sus allegados. Es, como recuerdan los expertos, un delito que puede sufrir cualquier familia, ya que no responde a un estrato social.

Por lo tanto, la educación y ciertas claves para el control de los progenitores se convierten en las armas básicas para prevenir y afrontar este problema.

El Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS) de Valencia es una entidad sin ánimo de lucro que ofrece ayuda gratuita para atender a adultos y menores agredidos. Según explica su presidenta, Beatriz de Mergelina, en 2014 sus profesionales atendieron a 71 menores en toda la Comunitat que requerían una evaluación, tras sospecharse que podrían haber sido víctimas de abusos. A ellos habría que sumar los que manejen los servicios públicos -si bien algunos casos los derivan a CAVAS- y la asistencia privada. Si se confirma el abuso o sus indicios se notifica a la justicia.

Señala que los abusos en el ámbito familiar se producen mayormente sobre menores de hasta 10 años; mientras que los preadolescentes suelen ser víctimas de pedófilos que contactan con ellos mediante las redes sociales. En el caso de los que son más mayores, y hasta los 18 años, llegan a ser también víctimas de jóvenes de su edad o son agredidas tras ser drogadas. A ello hay que añadir los abusos cometidos por adultos que trabajan como profesores, monitores, o personas de confianza que afectan a todas las edades; por lo que recuerdan que cada caso es muy particular.

Respecto a las víctimas más pequeñas, explican desde la entidad que los agresores suelen fijarse en niños más introvertidos y sumisos, que saben que pueden controlar para que no cuenten a nadie lo que ha pasado. En el caso de los adolescentes o preadolescentes, suele buscar perfiles de niños y niñas sumisas, con una autoestima baja y pocas habilidades sociales para poder hacer frente a estos individuos. «Les dicen cosas bonitas, o escuchan sus problemas para ganarse su confianza», comenta la presidenta de CAVAS.

Educar con naturalidad

A la pregunta de cómo podemos prevenir a los más pequeños, Beatriz de Mergelina explica que los padres deben esperar a que los niños den muestras de curiosidad sobre sus genitales y la sexualidad. «Hay que educarles con naturalidad. Hacerles entender que su cuerpo es suyo, su intimidad es suya y nadie debe tocarles», indica.

Sobre los adolescentes, «los padres deben controlar qué hacen sus hijos con las redes sociales y los dispositivos móviles. Lo adecuado es crear un clima de confianza con los hijos y no ser sargentos», ya que la primera opción facilitará que se abran a hablar sobre sus relaciones.

«Hay que recordar que en la adolescencia las amistades se viven muy fuertemente y llegan a anteponerse a los familiares», apunta la experta. Añade que se les debe recordar a los menores, que cualquier foto que faciliten en confianza, en un contexto de broma a un amigo o amiga, puede acabar en manos de un tercero que ni conozcan.

Pasos a dar ante un abuso

En el caso de que se sospeche de un abuso, si hay signos físicos evidentes, la experta recomienda no cambiar ni lavar la ropa, donde la policía puede encontrar muestra del agresor. Es recomendable solicitar en el centro médico que la inspección la realice un médico forense.Si no las hay, igualmente se debe acudir a un centro médico, a servicios sociales o la policía que seguirá el protocolo de actuación.

En el caso de los más pequeños, un pediatra o psicólogo debe realizar una análisis de testimonio de boca del menor, lo más espontáneo posible. La asociación CAVAS (su teléfono es el 96 3943069) presta servicios de orientación y atención directa tras un abuso.

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