Andrés Cortabitarte es ingeniero industrial y ha forjado su carrera en Renfe, para la que trabajó en la Gerencia Operativa de Valencia, y donde llegó a ser jefe del gabinete de investigación de accidentes. En ejercicio de esta última responsabilidad fue el autor del informe oficial del accidente de Chinchilla en el que murieron 19 personas tras chocar dos trenes, el 3 de junio de 2003.

Cuando la compañía se desdobló en dos empresas, pasó a formar parte del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) donde llegó a ser director técnico y director adjunto de la dirección de Seguridad en la Circulación.

Precisamente en este último cometido fue el que tomó en última instancia la decisión de anular el sistema de seguridad de la alta velocidad en el tramo Ourense-Santiago donde se produjo el accidente del Alvia el 24 de julio de 2013, en el que murieron 81 personas. Cortabitarte fue imputado por el juzgado que investiga el accidente del Alvia, junto a 26 técnicos y directivos más de Adif, ya que consideraba que en su calidad de «responsables de la seguridad en la circulación ferroviaria» eran «potenciales autores de un delito contra la seguridad colectiva y partícipes en los delitos de homicidio y lesiones». La Audiencia de A Coruña anuló estas imputaciones en octubre de 2014 y dejó como único encausado al maquinista que conducía el Alvia que descarriló en la curva de Angrois de Santiago de Compostela. Un mes antes del accidente del Alvia, Cortabitarte fue apartado de la dirección de seguridad en la circulación y pasó a ocuparse de la subdirección de señalización de Adif. Las víctimas del metro intentaron recusarlo cuando fue imputado pero, al anularse su encausamiento, la titular del juzgado de instrucción 21, Nieves Molina, rechazó la recusación. l. ballester valencia