El PP dio ayer un paso más en su apuesta para captar el voto regionalista en las elecciones del 24-M, en las que se enfrenta por primera vez a la posibilidad de ser desalojado de la Generalitat tras 20 años, y presentó una enmienda a la ley de Señas de Identidad que, una vez se apruebe, reconocerá la «capacidad docente» en materia de rasgos propios «y, en especial, de la lengua valenciana», de la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) y de Lo Rat Penat, entidades que postulan el secesionismo lingüístico y que no acatan las normas de Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), la entidad oficial del valenciano de la propia Generalitat. Fuentes del PP aseguraron que la redacción abre la vía al reconocimiento de los títulos de valenciano de la RACV y de Lo Rat, una prerrogativa que en los 80 retiró el entonces conseller de Cultura, Ciprià Ciscar, para homologar un valenciano normalizado que, adaptado con aportaciones tradicionales, es el oficializado por la AVL. «Es una puerta al reconocimiento de títulos, una posibilidad, pero la ley se tiene que desarrollar reglamentariamente», avanzó un responsable popular. Será el reclamo para llevar a las urnas al regionalismo, en una apuesta cuyo buque insignia es la ley de Señas. La norma creará un Observatorio con poderes para retirar subvenciones a los que no acaten el «carácter individualizado» del valenciano y en el que la RACV y Lo Rat tienen sillón, mientras se ha excluido a la AVL y al Consell de Cultura.

La enmienda del grupo popular afecta al artículo 21, que insta al Consell a tomar medidas para que el profesorado de los centros educativos reciba formación sobre señas de identidad y acceda a cursos, materiales y actividades. El PP añade un nuevo punto, que fija que mediante esta ley se «reconoce la capacidad docente que desarrollan» la RACV y Lo Rat «en la divulgación y defensa de las señas de identidad del pueblo valenciano y, en especial, de la lengua valenciana».

Colisión con el Estatuto

De este modo, se dará carácer oficial a los cursos de la RACV y Lo Rat. El alcance de este reconocimiento está por ver. El Consell modifica el proyecto a través del grupo popular porque las enmiendas de las formaciones parlamentarias escapan al informe del Consell Jurídic (que solo examina el proyecto del Ejecutivo). Y es que el cambio puede colisionar con el Estatuto de Autonomía, que erige a la AVL como autoridad en materia lingüística, cuyas normas son de obligado cumplimiento para las administraciones. Con la redacción del Consell, el presidente del CJC, Vicente Garrido, hizo una objeción al advertir que se abría la vía para habilitar una normativa diferente a la AVL.

Lo Rat y Sant Vicent Ferrer

En total, el PP presentó 8 enmiendas para, según su portavoz, Jorge Bellver, «ahondar en la defensa de todos los elementos que forman parte de nuestra cultura y de nuestra historia y que nos identifican como pueblo». La oposición, como ya anunció, no presentó ninguna porque se niega a participar en el debate de una ley que considera «electoralista» y que «divide a los valencianos», y que derogará si gana los comicios. En sus alegaciones, los populares otorgan a Lo Rat Penat rango de «institución consultiva» de la Generaliat en patrimonio cultural, al mismo nivel que el Consell de Cultura, la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos o las universidades. El proyecto ya modificaba la ley de patrimonio para dar este estatus a la RACV.

Las alegaciones populares también introducen expresamente, como señas de identidad, a las Fallas, las Fogueres, la Magdalena y los Moros y Cristianos, que figuraban incluidos genéricamente dentro de las «fiestas tradicionales». Se ha quedado fuera la mención explícita a la paella, subsumida en la genérica «gastronomía» valenciana, en un texto que declarará a los «bous al carrer» (amén de Bien de Interés Cultural) seña de identidad junto al valenciano, la Senyera, el Himno, las manifestaciones religiosas «arraigadas», el arte pirotécnico o la pilota.

Los populares homenajean a Sant Vicent Ferrer con una enmienda a la exposición de motivos que resalta su figura entre las «personalidades ilustres» que han contribuido a conformar la identidad.