Nubarrones negros que amenazan tormenta y que, de pronto, desaparecen. Eso es lo que vecinos de Cortes de Arenoso y otras localidades de Castelló y otras provincias de España experimentan desde hace años, aseguran. La desaparición de las nubes, y por consiguiente, de las lluvias, se produce tras el paso de distintos aviones o avionetas que, según los afectados, lanza sustancias químicas para impedir las precipitaciones. Se trata de los aviones «antilluvia».

«Tras más de 30 años de denuncias „han puesto más de 200 solo en Soria„, hemos decidido unirnos y pedir responsabilidades a las administraciones, que de una manera u otra son cómplices de estos vuelos 'antitormentas'», indicó a Levante-EMV José Antonio Alfonso, presidente de Asociación en Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de Almería. Distintas plataformas llegadas de toda España se reunieron ayer en la capital valenciana para organizar las futuras acciones judiciales que pretenden poner en marcha.

«Lo primero es recabar información», señaló la abogada Beatriz Nadal. Aunque lleva años pasando (ya en 1985 hubo una gran manifestación de agricultores en contra de estos vuelos), se desconoce la autoría de los mismos. «No sabemos quién los contrata, qué productos químicos son los que lanzan». Para intentar encontrar respuestas, los afectados se dirigirán a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. El eurodiputado de Compromís Jordi Sebastià también indagará sobre el asunto.

Según los afectados, detrás de estos vuelos se encuentran grandes empresarios o latifundistas con importantes intereses económicos, que hacen uso de la manipulación del clima para salvaguardar sus cosechas. «Provocan no solo sequía para que la lluvia no le arruine su producción, sino un desajuste general en la naturaleza, como inundaciones, pedrisco, etc. Eso sí, siempre en zonas en las que ellos no tienen campos. Estamos hablando de geoingeniería. Según los científicos que hemos consultado, estos metales provocan cánceres, miomas y otras enfermedades», lamentó Alfonso.