El desarrollo de la tecnología va más rápido que la adaptación de su normativa. Este retraso legal preocupa y mucho en el sector de las aeronaves no tripuladas, conocidas como drones, ya que se han convertido en un mercado emergente. El Gobierno español aprobó el pasado año una legislación provisional para dar respuesta sobre todo al sector de la investigación, pero muy restrictiva para su uso comercial, sobre todo en zonas habitadas. Ayer en la Universitat Politècnica de València, un representante de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) dio las principales claves de lo que será la norma definitiva que todavía no tiene fecha de aprobación. El Ministerio de Fomento prevé que en esta regulación se permita el vuelo de drones de menos de diez kilos en zonas urbanas y a una altura inferior a 120 metros, algo que en la actualidad está prohibido, según el borrador del Real Decreto que prepara el Ejecutivo y que fue presentado ayer en Valencia ante más de 300 expertos y estudiantes de ingeniería aeronáutica.

Esta normativa permitirá la grabación mediante el vuelo de drones de espectáculos deportivos, conciertos o fiestas, como es el caso de las Fallas o Les Fogueres. Eso sí, según el borrador presentado por José María Ramírez Ciriza, representante de la AESA, siempre se deberá pedir permiso a la subdelegación del Gobierno para este tipo de vuelos. Además, el piloto del aparato volador no tripulado no podrá estar a una distancia superior a los 100 metros. Para que no pierda de vista el artilugio.

El representante de la AESA apuntó que la normativa todavía no tiene fecha de aprobación y que se sigue trabajando con los diferentes interlocutores del sector.

La jornada de ayer, que también contó con la demostración de vuelos y aplicaciones de los drones, fue organizada por el diploma en pilotaje de sistemas de aeronaves tripulados por control remoto (RPAS) de la Universitat Politècnica de València, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño (Etsid), la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Geodésica, Cartográfica y Topográfica (Etsigct) y el Aeroclub de Castelló.

Por su parte, desde la Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreos manifestaron que se va a exigir mucha formación a los futuros pilotos de drones, sobre todo los más pesados. Entre las capacidades que deberán tener estas personas se encuentra la competencia lingüística en inglés y castellano y las normas para comunicarse con la torre de control del aeropuerto. Será fundamental, explicaron, que el vuelo de estos aviones no tripulados se controle desde las torres de los aeropuertos, que son las que cuidan del buen uso del espacio aéreo.

Desde la Universitat Politècnica explicaron que el desarrollo de los drones tiene un «gran potencial de uso», ya que pueden aplicarse en los más diversos ámbitos, desde las ingenierías geomática (fotogrametría, teledetección, generación de cartografías?), agronómica o civil, hasta las inspecciones de infraestructuras energéticas, patrimonio, vigilancia de incendios, seguridad, control de tráfico, industria creativa, medicina, entre otros muchos.

En la actualidad, en la Comunitat Valenciana y gracias a la normativa provisional ya se está trabajando con drones en la medición de canteras o en las obras públicas, por ejemplo en el AVE en Alicante. De momento, la fotografía aérea es el uso más habitual, pero también se trabaja en agricultura y emergencias.