El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha logrado finalmente vencer las reticencias de Mariano Rajoy y será el cabeza de lista en las elecciones más complicadas para el PPCV de los últimos veinte años, las primeras en las que puede perder la Generalitat. Ahora bien, la oportunidad que Rajoy ha dado al liderazgo de Fabra tiene límites, ya que viene acompañado del aviso de que tendrá que negociar la lista. Génova es consciente de que el jefe del Consell tiene una fuerte contestación interna. Carece del apoyo de pesos pesados del partido, como los barones Alfonso Rus y José Císcar y, especialmente, de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quien mayor capacidad de influencia tiene sobre el presidente del Gobierno. Y con ellos deberá sentarse a confeccionar la lista.

Y es que la confirmación de que Fabra será candidato no fue el único anuncio que Madrid quiso que trascendiera ayer. Junto con Fabra, se supo que Barberá, además de optar a un séptimo mandato en el capi i casal, irá de dos en la lista por Valencia. El PP intenta así compensar a Barberá cuyo divorcio con el presidente es total. La alcaldesa está profundamente afectada por la dimisión forzada de su numero dos y vicealcalde, Alfonso Grau, procesado en Nóos y que no podrá repetir en listas por las líneas rojas de Fabra.

Además, el comité electoral regional, reunido ayer, propuso a instancias de Génova a José Cícar como número uno por la candidatura a las Corts por Alicante y a la coordinadora general del PPCV y consellera, Isabel Bonig, por Castelló. Barberá ya fue de dos las pasadas elecciones y era lógico que Bonig encabezara Castelló y que el vicepresidente Císcar lo hiciera por Alicante, pero que estos nombramientos fueran aprobados en paquete no fue inocente. Es un aviso a navegantes de que el presidente no tendrá las manos libres para hacer las listas, a pesar del golpe de efecto que dio la semana pasada al configurar un comité electoral copado por afines.

Génova, que se ha decidido por Fabra al carecer de una alternativa capaz de dar un vuelco a las encuestas (Esteban González Pons rehusó la oferta en su día), evidencia que está pensando en el día después de las elecciones. Hasta sus propias encuestas (la última adelantada ayer por Levante-EMV) dan por perdida la Generalitat, por lo que el plan B del PP incluye asegurarse de que el posible futuro líder o lideresa del PP en la oposición tenga escaño. Diversas fuentes apuntan que la preferida por Génova es la portavoz del Consell, Maria José Català, a la sazón presidenta del comité electoral regional. Mientras tanto, Génova hizo ver a Fabra que debe entenderse con Bonig, con quien Fabra está distanciado, y con los barones provinciales.

Císcar, a quien el presidente ha ido arrinconando a lo largo de la legislatura, sale reforzado, ya que se garantiza el escaño en las Corts y gana el pulso con el Palau al situar a la consellera Asunción Sánchez Zaplana como alcaldable en Alicante. Alfonso Rus, por su parte, se queda de momento al margen de esta primera batalla, si bien su alianza con Barberá le asegura una baza para la negociación de las listas . La número dos del PP, Maria Dolores de Cospedal, lo llamó personalmente para informarle de la ratificación de Fabra, una decisión que el barón provincial cree desacertada, pero que tenía asumida ya hace tiempo. El jefe de la diputación no asistió al acto con mujeres celebrado por la tarde en el partido y que se convirtió en un improvisado acto de proclamación de Fabra.