El secretario general del PSPV y candidato a la presidencia de la Generalitat, Ximo Puig, animó ayer la precampaña de las elecciones del 24M al lanzar el guante al jefe del Consell, Alberto Fabra. Un día después de que Fabra firmara el decreto de disolución de las Corts y convocatoria de los comicios, Puig retó al presidente a un cara a cara «para que los ciudadanos conozcan las propuestas de futuro y las posiciones de cada uno», así como «para hacer un análisis de lo ocurrido estos años». El formato del debate, precisó, sería abierto, sin condiciones y deberían poder estar conectados todos los medios de comunicación. En su opinión, el cara a cara se podría realizar incluso antes de la campaña para que los ciudadanos tengan «toda la información», algo «fundamental para la revitalización y regeneración democrática». «Es necesario empezar debatiendo», recalcó Puig en rueda de prensa antes de hacer balance de una legislatura que consideró «fallida» y marcada por la corrupción de la «mafia» del PP en Gürtel.

Con su propuesta de cara a cara, el socialista busca proyectarse como única alternativa al PP en un momento en el que otras fuerzas emergentes pugnan por arrebatar al PSPV la referencia de la izquierda. Básicamente, Podemos, aunque también Compromís intenta hacer hueco. La candidata, Mònica Oltra, avanzó el domingo en Levante-EMV que si Compromís y Podemos suman más que el PSPV, y entre los tres (con o sin EU) logran la mayoría absoluta, pedirán la presidencia de la Generalitat. Por similares motivos que Puig, Fabra también podría estar interesado en un debate a dos: Los populares tienen a Ciudadanos y, en menor medida, a UPyD, comiéndole terreno electoral. En cambio, la sugerencia de Puig irritará a los minoritarios. Con el cara a cara, el socialista busca agitar la campaña de manera similar a como sucedió en Andalucía. Al candidato popular, Juan Manuel Moreno, no le sirvió de nada, pero al menos su victoria en el debate con Susana Díaz animó su periplo.

«La legislatura ha sido un auténtico fracaso por un Gobierno del PP que ha hecho perder a los valencianos cuatro años muy importantes para salir de la crisis», se lamentó Puig. Este mandato, apuntó, «empezó con Gürtel y acaba con Gürtel», toda una «mafia creada por el PP para ganar las elecciones de manera fraudulenta». Una legislatura en la que, además de la corrupción, «empezó con un candidato puesto a dedo por Rajoy y acaba con un candidato a dedo por Rajoy; empezó con crisis abierta y acaba con menos empleo, más desigualdad y muchísima deuda».

Para el secretario general del PSPV, «hace cuatro años fuimos a las elecciones marcados por Gürtel en el PP» y hoy la historia se repite «sin ninguna asunción de responsabilidades políticas ni soluciones los problemas de esta comunidad».

«Mientras unos van a declarar por Gürtel „dijo en alusión al primer juicio a la trama que arrancó ayer en el TSJCV„, nosotros vamos a defender los intereses de los valencianos, y de aquellos que tienen menos posibilidades», argumentó. El líder socialista criticó las «dos vertientes» de esta trama, una como «mafia creada por el PP para ganar las elecciones de manera fraudulenta» y otra el «aprovechamiento personal de algunos implicados en la trama».

«Olivas, del Consell a Bancaja»

«Llegamos al final de una etapa de 20 años de gobiernos del PP que empezamos con la Comunitat prácticamente en la media nacional en renta per cápita y ahora estamos12,5 puntos por debajo», alertó Puig, quien añadió que hoy «hay 56.300 personas menos trabajando en la Comunitat que cuando llegó Fabra; 15.716 millones más de deuda, un 40% más; y una de cada tres personas, más de 1 millón, está al borde de la exclusión social».

Para Puig, esto no es consecuencia de la crisis sino de que «en el 95 empezó la fiesta de la especulación y la corrupción». En estos años, dijo, han estado al frente de la Generalitat expresidentes como José Luis Olivas, «que estuvo en el gobierno unos meses para asegurarse un puesto en Bancaja y llevarla después a la ruina»; Francisco Camps, un «esperpento gastando un dinero que no teníamos con una falta de conciencia real de gobernar»; o Alberto Fabra, «el peor PP y el peor presidente en el peor momento», con episodios como la «destrucción» de RTVV. Así le devolvió a Fabra su frase del balance del lunes, cuando sostuvo que han hecho «el mejor trabajo posible en el peor momento».