Llíria conserva un rico patrimonio relacionado con la época medieval. Por ello, hay un recorrido que nos descubre los monumentos arquitectónicos de la Vila Vella. Así, se visitan los Baños Árabes, antiguo «hammam andalusí»; la muralla medieval; las pinturas murales de la Església del Bon Pastor; el Forn de la Vila, antiguo horno de «pan cocer»; y la iglesia de la Sangre, uno de los mejores ejemplos de arquitectura de conquista, con elementos de transición del románico al gótico y techumbre mudéjar policromado, declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.
A todo ello, hay que añadir los atractivos que hallamos fuera del casco urbano y que nos permiten disfrutar de la naturaleza como el Parc de Sant Vicent o el Monestir de Sant Miquel. Y cómo no, los yacimientos íberos del Castellet de Bernabé y el Tossal de Sant Miquel. Todo ello da idea de que Llíria es en verdad un crisol de grandes civilizaciones.
j. m. v. llíria
