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Elecciones 2015

El tridente de Fabra en femenino y plural

Los tres fichajes sorpresa para la lista a las Corts expresan su respeto por Podemos y Ciudadanos y reivindican la cultura de los pactos en política

María Bernal tiene 26 años, es bloguera de moda „«como hobby», aclara„ y ha fichado por la candidatura del PP de Alberto Fabra. Es como si en pleno furor de los pantalones pitillo (Ciudadanos y Podemos), la hubieran convencido para comprarse unos de pata de elefante. «¿En serio, de verdad?, pensé que era broma y luego pedí un tiempo para pensármelo». Así explica su reacción a la llamada de la consellera María José Català, presidenta del comité de listas. Bernal cuenta que tras dos horas de reflexión dio el sí. Asegura que quienes le aconsejaron eran amigos. María va de doce en la lista por Valencia, dos puestos por delante de Blanca [Garrigues] y seis por detrás de María José [Ferrer San Segundo]. «Hola, qué tal, a ti te conozco por el twitter», le dice Ferrer San Segundo a Bernal, en plena calle Pizarro, donde han quedado con Levante TV y Levante-EMV para comentar primeras impresiones.

Ellas acaban de conocerse. Son el tridente que aporta novedad a la lista popular, defenestración del campsismo e imputados al margen. Son de generaciones distintas (26, 37 y 53 años) y Ferrer San Segundo es la única que no tiene carné del PP. Bernal estuvo enrolada en Nuevas Generaciones, pero «me desvinculé porque empecé a trabajar y me fui fuera». Hoy es empresaria y, además, «tengo jefe», dice. Se dedica a posicionar empresas y marcas en redes sociales. Estudió ADE. Si es elegida „no lo tiene fácil según todas las encuestas„ compatibilizará su acta de parlamentaria con su trabajo «aunque no duerma», sonríe.

Como experta en moda, ¿qué piensa de la imagen de Fabra? «Su imagen es buena, es muy cercano», dice. Se sale del argumentario cuando se le pregunta por Podemos y Ciudadanos. «Me gusta escuchar a los demás... Sigo mucho a Rivera, es pausado y sabe explicar sus ideas». Preguntada por acuerdos postelectorales, piensa que el PP «no se cierra a pactar, sobre todo con Ciudadanos».

La oferta de ir en la lista fue todavía más sorpresiva para Blanca Garrigues, concejala de Carcaixent y abogada. Tanto que cuando la llamó Fabra „estaba de excursión con sus hijas„ creía que era una broma de su cuñado. «Después pensé: Fabra dirá que no le he hecho mucho caso», se sincera.

«Estás ahí y crees en el PP»

«¿Por qué ha aceptado?» «Eso me pregunto yo, supongo que por vocación». «Estás ahí, es un momento difícil y crees en el PP». Es su declaración de fe en una religión en horas bajas. Su reto es conseguir «que la gente vea que los políticos somos gente normal». Corrobora que hace un rato ha ido a firmar la aceptación de la candidatura en la sede del PP y ha comprobado que es «gente normal, como yo».

«Soy la jefa, la matriarca; sois insultantemente jóvenes», bromea Ferrer San Segundo con sus compañeras de embarque. Es conocida por su participación como contertulia en la difunta Canal 9 y lleva diez trienios ejerciendo de abogada. No ha tenido tiempo de digerir su entrada en política a lo grande: va de seis en la lista. «No creo que sea mejor ni peor. Para mí la independencia consiste en que se me escuche y poder seguir diciendo lo que pienso», comenta minutos antes de subir al despacho que comparte con la exconsellera Paula Sánchez de León a encauzar e ir cerrando asuntos pendientes hasta el día en que tome posesión del escaño.

Porque no piensa compatibilizar el acta con la abogacía. «Quiero dedicar a la política el tiempo que se merece; una hace las cosas con pasión y con vocación», explica. Su única incursión en política la protagonizó con 24 años como candidata al Congreso por el Partido Reformista, aquel naufragio de 1986. Ha dicho que sí a Fabra porque, confiesa, «a veces no hay que pensar tanto» y porque «siempre he tenido vocación pública y pasión por el parlamentarismo desde que tenía 15 o 16 años». Entrará en las Corts en un momento «complejo», en el que «han de volver las políticas de acuerdos incluso aunque no se necesitan, aunque el PP pudiera gobernar solo», defiende.

Sin querer resultar «pretenciosa», cree que su incorporación en parte responde a la búsqueda de «personas para tender puentes». Igual que sus compañeras de tridente, expresa su «respeto» por Podemos y Ciudadanos y subraya que «aportan mayor interés por la participación». Pero demuestra oficio a la hora de poner peros. Sabe cuáles son sus colores. «El PP es un valor seguro, que no quiere decir que no sea revisable, y otros crecen con urgencias electorales», argumenta, para asestar: «Dependen mucho de la personalidad de un líder y eso quizás es un peligro. Mira UPyD. Rosa Díez ha sido la gloria y la ruina».

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