El páncreas artificial es el último avance tecnológico que anhelan todos los diabéticos. El desarrollo de este nuevo «órgano sintético» ha avanzado vertiginosamente durante los últimos cinco años, de hecho ya hay un elevado número de publicaciones que describen su funcionamiento y efectos, según se dio a conocer ayer en el XXVI congreso nacional de la Sociedad Española de Diabetes que se celebra en Valencia.

Uno de cada cinco trabajos que explican la eficacia del nuevo páncreas artificial se ha hecho fuera de la instalaciones sanitarias: en un hotel, en el domicilio del paciente y se han prolongado hasta un mes.

La mayor parte de los estudios que relatan la utilidad de esta nueva técnica de control se centra sobre todo en reflejar su funcionamiento durante la noche, que es cuando las hipoglucemias pueden suponer un grave riesgo para el paciente diabético.

En este sentido y según explicó ayer el investigador del Instituto de Automática e Informática Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia, Jorge Bondía, los resultados obtenidos demuestran que «el páncreas artificial permite aumentar el porcentaje de tiempo que la glucemia permanece en rango objetivo y disminuir la glucemia media con una incidencia inferior o igual de hipoglucemias»

Aunque el estudioso indicó que todavía hay margen para mejorar el control tras la ingesta», asentó que «el páncreas artificial ya es, a día de hoy, una realidad».

Bondía codirige junto al también investigador Josep Vehí, de la Escola Politécnica Superior de la Universitat de Girona, un ensayo clínico pionero en España para estudiar la eficacia del páncreas artificial en el que participan 20 pacientes del hospital Clínico de Valencia y del Clinic de Barcelona.

Este órgano artificial consiste en una tecnología muy innovadora que todavía está en desarrollo y en la que, como indican los investigadores, hay que introducir mejoras en los algoritmos de control para ayudar a las personas con diabetes a controlar automáticamente sus niveles de glucosa en la sangre, «proporcionándoles un sustituto endocrino con las funciones de un saludable páncreas», declaró el doctor Paolo Rosetti del hospital San Francesc de Borja Gandia e investigador del Incliva.

Autonomía y seguridad

Por su parte, el presidente del comité organizador del congreso y jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del hospital Clínico de Valencia, Juan Ascaso, indicó que el páncreas artificial, «debe dar autonomía y seguridad a los pacientes, permitiéndoles vivir la enfermedad sin obsesiones, además de evitar complicaciones por los descensos de glucemia, que es principal caballo de batalla.

«Se trata „agregó Ascaso„ de acercarnos a los tratamientos a la medida del paciente, reduciendo los problemas derivados del tratamiento y sus costes».

El especialista resaltó la importancia del impacto de las nuevas tecnologías en el control y tratamiento de la diabetes, así como los nuevos métodos para el análisis sistemático de las glucemias capilares y la monitorización continua de la glucosa.