Con Monedero desaparecido, Errejón atacado y Pablo Iglesias menos activo, ¿qué le pasa a Podemos?
A Podemos le pasa que ha cometido una osadía. Y la osadía de Podemos es que ha dicho que en este país la democracia estaba a punto de ser secuestrada. La gente vota cada cuatro años pero no basta con eso para que haya democracia. Deben haber mecanismos para que los poderosos no estén por encima del Estado de Derecho. Cuando irrumpes en política diciendo que se le puede ganar a las grandes maquinarias y a los poderes que sirven a las minorías privilegiadas es normal que haya sectores que no quieran que se produzca. No vivimos un ciclo electoral, dirimimos lo que pasará en las próximas décadas.
¿Qué le indigna cuando sale a la calle? Si es que todavía puede salir de casa de manera normal.
Salgo pero en condiciones diferentes a las que salía antes. Lo normal sería decir alguna cuestión social, pero durante estos últimos años una de las cosas más sangrantes ha sido la resignación. Una suerte de tristeza que se escampaba por la gente que, además, se sentía culpable de la situación. Una individualización de la culpa. Han intentado derrotar moralmente a la mayoría social.
¿Y aprecia más ilusión?
No digo que entre todo el mundo, pero para todos es evidente que las cosas pueden ser diferentes. Mucha gente ha recuperado la ilusión por la política. Es importante que la gente recupere la pasión por intervenir en lo público.
¿Usted ha tenido claro siempre a quién votar o es de los que reflexiona?
Ha habido veces que no he votado, otras que no lo he tenido nada claro y lo he hecho sin ganas. En todo caso soy investigador en Ciencia Política y aunque sea por deformación profesional me interesaba. Pero para mucha gente el voto había sido una transmisión normal. Ahora las razones que inspiraban el voto han cambiado. Hay que asumir esto con normalidad. En las sociedades maduras los sistemas de partidos cambian y no pasa nada. En España ha habido partidos que han cumplido tareas históricas, pero no significa que siempre las vaya a cumplir.
¿Le preocupa el poder de la televisión? Ustedes se han beneficiado de la presencia en grandes cadenas y ahora les perjudica.
No sé si diría la televisión. Necesitamos poder tener una esfera pública lo más plural y democrática posible, lo que significa que la ciudadanía tiene que tener acceso. Los medios públicos tienen que estar al servicio de los ciudadanos y asegurar que se escuchen todas las voces.
Pero eso ahora no pasa. En España existe una «telecracia» que les ha venido bien para despegar y que ahora ha cambiado su percepción respecto a ustedes. Ciudadanos ha pasado de no existir a obtener 370.000 votos en Andalucía en un mes de televisión. ¿No les preocupa esa influencia?
Claramente. Tienes razón que en un momento dado nos ayudó, pero es porque se notó mucho que en un momento las razones del país oficial no eran las mismas del país real. Ahora se habla de despidos y desahucios en televisión. Pero hay que decir que minorías privilegiadas pueden enfocar las cosas para que haya temas que salgan más y eso es una forma de intervenir en política que no todos los ciudadanos tienen.
Podemos califica la Comunitat Valenciana como objetivo prioritario. Si ganan, ¿cómo cambiarán este territorio?
En dos ideas. Una urgencia de regeneración democrática. Han fallado los mecanismos de frenar el saqueo que han generado una deuda. Ha habido despilfarro y mala gestión a lo que se ha sumado el déficit de financiación del Estado. En segundo lugar creo que las administraciones pueden ayudar a salir de la crisis sin ganadores ni perdedores. Se puede poner en marcha un plan de rescate ciudadanos y que priorice las ayudas a la dependencia a las dietas de los altos cargos y que las administraciones contraten con empresas de la Comunidad Valenciana.
Pero eso ya lo decían antes Compromís, EUPV o el PSPV, que lleva veinte años en la oposición. En caso de posibilidad de cambio político, ¿aceptarán o darán su apoyo a los socialistas?
Hemos dicho que estamos dispuestos a hablar con todo el mundo después de las elecciones. Ahora interesa que los ciudadanos digan a quién apoyan. Un vez mostrados los equilibrios, veremos.
¿Con el PP también?
Con el PP, en el caso de la Comunidad Valenciana ha protagonizado una situación que exige un cambio. Si el PP reconociera el despilfarro, el amparo a redes corruptas y haber hundido la televisión pública a lo mejor estaríamos en condiciones de hablar. Pero creo que no será el caso.
¿Ya saben si son de derechas o de izquierdas?
Individualmente nosotros siempre lo hemos tenido claro. No es un problema de con quién se identifica uno o con qué símbolo se emociona. Es un problema de cuál es la diferencia fundamental en nuestro país.
¿Es la diferencia entre la izquierda y la derecha? No, es una diferencia entre la gente y la minoría privilegiada. Hay personas que han votado cosas diferentes pero ha sido igualmente castigada por políticas injustas. Esa diferencia es mayor, lo que no significa que las ideologías no sean importantes para mejorar la vida.
