El oficial, que se había hecho cargo de la jefatura de Llíria hace algo más de un año, tiempo durante el cual se había granjeado no solo el respeto sino sobre todo la simpatía de todos los agentes bajo su mando, sufrió el ataque cardiaco cuando se encontraba en compañía de su esposa, quien trató en vano de reanimarle ya que el infarto fue fulminante. El capitán fue trasladado de inmediato al Hospital La Fe, donde falleció poco después, sobre las 22.30 horas. Su cuerpo fue trasladado ayer al tanatorio municipal de Valencia, donde permanecerá hasta la celebración del funeral en el mismo recinto, previsto para las 15.00 horas de hoy, tras el cual está prevista su incineración. Celestino de la Vega, que deja mujer y un hijo de 29 años, desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional en Valencia. Considerado por todos quienes le conocieron como un gran profesional y una mejor persona, ingresó en la Guardia Civil hace 40 años. Tras los primeros destinos como guardia y sargento, ascendió a teniente y se hizo cargo del Seprona de la Comandancia de Valencia para pasar después al Servicio de Información de esta misma comandancia. Su ascenso a capitán le llevó primero como jefe de compañía a Mora de Rubielos (Teruel) hasta que hace un año había logrado el soñado regreso a Valencia.