La mayoría de los imanes que predican el islam en el millar de mezquitas y centros de culto islámico que hay en España carece de la acreditación y de la formación que se requiere para hacerlo y sus discursos están, en muchas ocasiones, alejados de la realidad del país en el que viven. Así lo aseguró ayer Fouad Borni, coordinador de los cursos que organiza la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FerriI) en colaboración con la Universidad Islámica de Rotterdam (Holanda) para formar imanes, y que este fin de semana se lleva a cabo en la mezquita del municipio valenciano de l'Alcúdia.

La Feeri comenzó estos cursos en noviembre de 2013 tras detectar «un vacío» dentro del sector de los imanes, ya que la gran mayoría llega a España desde lugares, donde han sido formados en la cultura, costumbres y realidad de su país de origen. Sin embrago, «en España hay una realidad y una vida distintas a la que tienen fuera, y cuando se reside en un país hay que adaptarse a su cultura y leyes», afirma Borni, quien considera que este mensaje «no sólo debe ser entendido y escuchado por los más jóvenes, sino también por sus padres».

A su juicio, los jóvenes musulmanes están más influidos por las redes sociales, a través de las cuales pueden ser reclutados para combatir en Siria en las filas de la organización terrorista Estado Islámico, que por los discursos de un imán. Por ello, agrega, es importante que el mensaje de los imanes «llegue a todo el mundo» y encuentren el mismo discurso moderado en su casa, en la escuela y en la mezquita adonde acudan a rezar.

Borni reconoce que no saben hasta dónde puede llegar la expansión de las ideas salafistas, que reivindican el retorno a los orígenes del islam, ni si puede haber un «peligro real» para España, aunque considera que es un tema que «no hay que olvidar ni dejarlo de lado. Hay que tenerlo en cuenta».

«Intentamos sensibilizar a la gente, orientarla y dar una buena imagen del islam, que no es una religión de violencia ni de guerras, sino de misericordia, perdón y convivencia», reivindica Borni. «El islam es una religión pero la interpretación que cada imán le da debe respetar la realidad del lugar donde se predica. Si está en España, se debe respetar la manera de vivir y las costumbres» de sus habitantes, remarca.