El ingeniero agrónomo Vicente Conesa Fernández-Vilora, a quien la Fiscalía solicita 28 años y 7 meses de prisión por estafa, fraude fiscal y falsificación de documentos mercantiles, reconoció ayer durante su segunda jornada de declaración que Terra Mítica era «una bolsa de trabajadores ilegales, llegaban autobuses de todas las maneras». Conesa está considerado el presunto «cerebro de la trama» para defraudar a Hacienda con facturas falsas en la construcción del parque y en trabajos a otras empresas. El acusado niega cualquier tipo de estafa, haber organizado una doble facturación, rechaza haber elaborado facturas falsas o haber tenido a su cargo trabajadores irregulares en el parque.

Pero la Fiscal Anticorrupción Carmen García Cerdà, minuciosa hasta la extenuación para el resto de comparecientes, exhibió un nuevo abanico de facturas de las empresas Red Moreno, Prexint Botanics o Trabajadores Auxiliares del Siglo XXI, que el Ministerio Público considera que son falsas porque no obedecen a trabajos reales en el parque. Conesa defiende que «todos los trabajos pagados, se hicieron» y que su empresa C3 Ingeniería actuaba como «fedataria» de que la maraña de empresas que subcontrataba ejecutaran los trabajos, que los precios fueran los que se habían acordado según el contrato, la oferta o el acuerdo verbal, y que se respetaran las mediciones. «Comprobábamos todos los trabajos porque luego teníamos que facturar a nuestro cliente», añadió.

Pero no logró explicar cómo fue posible que la empresa Red Moreno SL (propiedad de otro acusado, Antonio Moreno Carpio y dedicada al reciclaje de residuos) hiciera los trabajos de jardinería que le encargó C3 „por los que cobró 29 millones de pesetas„ a pesar de que que solo contaba con un trabajador en plantilla. «No lo sé, lo desconozco», explicó. Aunque, en su opinión, «aquello era una bolsa de trabajadores ilegales, entraban autobuses de todas las maneras. Yo no lo puedo saber. Lo que puedo saber es que la obra está hecha. No sé quien lo hacía, pero si que sé que estaba hecho. Si hubiera algo raro se hubiese afinado, que no somos tontos», apostilló. Y, aunque admitió que Red Moreno «solo tenía un trabajador legalmente, para hacer lo que hizo tuvo bastantes más trabajadores. De algún sitio saldrían». Interpelado por qué una empresa de reciclaje acabó realizando los trabajos que le encargó, Conesa respondió que «en el mundo de la construcción esto no tiene importancia. Una empresa se crea para una cosa y acaba haciendo otra».

Conesa también recordaba al revisar algunas facturas la casuística de las contrataciones realizadas para tener acabado a tiempo el parque temático: «Veinte días hubo para ejecutar este proyecto. Esto se debió subcontratar por todos los lados».

El ingeniero agrónomo defendió que su empresa abonó todas las facturas que le presentaron y que eran «legales, y las que no lo eran, no. Todas las que cumplían con los precios, se pagaban», añadió para defender que «nunca» ha visto tanto control y «tanta cosa» en una obra como en Terra Mítica donde «estaba todo muy supervisado». Conesa insistió en que no cometió ninguna ilegalidad ya que tras las adjudicaciones que consiguió «estaban pisando la obra Bovis Construction Europe, el ex directivo Antonio Rincón y Terra Control». Incluso se preguntó irónicamente: «¿Qué pasa, que nos ponemos todos cómplices? Vamos, podemos montar así un partido político».

Conesa negó tajantemente haber recibido dinero en efectivo de los subcontratistas: «Obviamente no». Y rechazó haber viajado a Andorra con empresarios para abrir cuentas, aunque sobre esta cuestión se negó a responder a más preguntas por consejo de su abogado.

La estrecha relación entre Conesa y Moreno Carpio quedó patente cuando la fiscal preguntó al primero cómo pagó un chalé en Teulada. De los tres cheques que entregó para pagar la vivienda uno de 40.000 euros se lo entregó Antonio Moreno Carpio. «Porque no lo llevaba en el bolsillo y se lo pedí al señor Moreno. Pero, ¿si yo estuviera pensando en algo raro pagaría con un cheque a nombre de la empresa Trabajos Auxiliares? [propiedad de Moreno] ¿Cómo voy a aceptarlo dejando pruebas? No me voy a manchar por 40.000 euros». Conesa nunca llegó a vivir en esta casa de Teulada. «Cuando empezaron estos líos, quité a todo el mundo del medio y ahora la tengo alquilada. Aunque no me iría a vivir allí porque mi mujer quiere estar cerca de El Corte Inglés».

A preguntas del abogado del Estado, Conesa tampoco pudo explicar por qué su mujer (que declaró ser ajena a los negocios de su marido) firmó 11 facturas, de 250.000 euros cada una, por «representación comercial para Terra Mítica».