Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Escándalo en la diputación

La ruptura de la familia quebró la "omertà" en Imelsa y la diputación

El exsuegro de Benavent entregó grabaciones al fiscal tras las broncas con su yerno, que no pagaba a una contratista en la que estaba colocado su hijo y cuñado del exgerente - El extitular de Imelsa grababa sus conversaciones para blindarse

La ruptura de la familia quebró la "omertà" en Imelsa y la diputación

Impulso Económico y Local (Imelsa) ha venido siendo, además de una mercantil pública, una empresa familiar con colocaciones de parientes como modalidad del clientelismo. En ocasiones especiales, la recomendación de dar una nómina a un patrocinado alcanzaba a los contratistas de Imelsa. Sucedió con un excuñado de Marcos Benavent, que fue colocado como coordinador responsable del «call center» de asistencia a los contribuyentes de los municipios que han delegado la gestión y recaudación de tributos. La atención telefónica y el servicio racaudatorio se adjudicó por 1,84 millones en diciembre de 2013.

Por aquel entonces, Benavent ya se había separado de su esposa, Nina López, hija de Mariano López Sancho, expresidente de los empresarios de la Costera e íntimo amigo del alcalde Alfonso Rus. Éste apadrinó a Benavent desde 1995 „llegó a alcalde„ por su relación familiar con el empresario amigo. La separación enfrió las relaciones entre el entonces gerente de Imelsa y su exsuegro, quien «siempre ha ido por la diputación como Pedro por su casa», explicó una fuente de la institución provincial. Con el divorcio, la relación entre Benavent y López Sancho se enfrió y la colocación de Mariano López hijo en la contratista no fue del agrado del exdirectivo de Imelsa.

Benavent se enteró en diciembre

Los retrasos en el pago a la contrata del «call center» tributario empezaron a ser frecuentes y cada vez de mayor cuantía y el exgerente no se privó de expresar su descontento por el fichaje, según acreditan algunos de sus interlocutores. La morosidad manifiesta de Imelsa con la empresa en la que el excuñado trabajaba provocó más de una discusión en el despacho de Benavent y broncas con su exsuegro. Era un escenario más en el que se dirimía un divorcio muy poco amistoso. El distanciamiento llegó a su momento cumbre cuando el exsuegro puso en manos de la Fiscalía grabaciones comprometedoras entregadas en una memoria USB. Se quebró la «omertà». Una copia de las grabaciones estaba guardada en un ordenador de la casa que había sido familiar. Fuentes conocedoras de la investigación explicaron que las grabaciones las efectuó Marcos Benavent durante años y las conservó como «seguro de vida» por si las circunstancias se torcían. «No tenía ninguna intención de entregarlas pero quería blindarse», explican. La entrega la realizó el exsuegro. Las grabaciones situarían en una circunstancia delicada a Benavent y afectarían gravemente al propio Rus, que no se enteró hasta Navidad de la causa en Anticorrupción. Benavent tampoco tuvo noticias hasta diciembre de que la presunta trama de Imelsa y las supuestas comisiones en contratas provinciales estaban siendo investigadas. Alguien le alertó de que su exsuegro había entregado los audios.

El exsuegro, el lunes con Rus

El terror se instaló en la diputación. Y Benavent puso tierra de por medio. No sin antes avisar a Rus («a mí no me sacarán del despacho esposado»), quien supo, y no por boca del exgerente, que las grabaciones están en el juzgado. Este lunes, Alberto Fabra „quien se enteró de la investigación antes que sus dos vecinos de la Plaça de Manises afectados„ acudió a Xàtiva a presentar a todos los alcaldables del PP. Entre el público del Gran Teatre estaba el exsuegro de Benavent. Y amigo de Rus. Al menos lo era.

Compartir el artículo

stats