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Escándalo en la diputación

"No voy a dimitir aunque Fabra me lo pida. No he hecho nada"

Alfonso Rus niega estar implicado en una trama de cobro de comisiones y sostiene que las grabaciones pueden estar "manipuladas"

"No voy a dimitir aunque Fabra me lo pida. No he hecho nada"

El presidente de la Diputación de Valencia y responsable del PP en la provincia, Alfonso Rus, dejó ayer clara su voluntad de resistir y hacer frente a un escándalo que podría acabar siendo su tumba política. El barón, a quien el Palau de la Generalitat presiona ya para que dé un paso atrás, mantuvo que no tiene intención de dimitir. «¿Dimitir? No, no voy a ir porque no he hecho nada, no hay agujeros ni ninguna irregularidad en mi gestión, ni si quiera estoy en la causa», manifestó ayer a preguntas de Levante-EMV. ¿Y si Fabra se lo pide? «No se atreverá a pedirmelo. Y si me lo pide, diré que no», añadió.

Rus decidió ayer romper su silencio tras varios días de revelaciones periodísticas en las que el caso Imelsa se ha convertido en un escándalo político-judicial que afecta a toda la diputación y, en especial a él. Fabra se desplazó el sábado a Xàtiva para pedirle explicaciones sobre las once horas de grabaciones registradas por el exgerente de Imesla, Marco Benavent, en las que sale el barón y en las que supuestamente se habla de comisiones. El presidente le advirtió de que debería irse si del contenido de estas conversaciones se deducía algún comportamiento inapropiado. Rus puso ayer en duda la existencia de tales grabaciones de audio y, en todo caso, anticipó que si las hay «estarían manipuladas». «Es mentira», afirmó enojado el presidente de la diputación: «Que yo aparezca contando dinero no se lo cree ni quien lo haya grabado». Rus admitió sentirse traicionado por Benavent: «Después de lo que ha hecho es evidente que no era mi amigo».

Insistió que las sospechas que pesan sobre él como el supuesto cobro de comisiones, el haber amañado contratos o el haber ocultado empresas en el extranjero y en paraísos fiscales «no son verdad». «Soy una persona normal, que no he hecho nada que no toque. LLevo desde los 14 años trabajando, doy la cara y no hago daño a nadie», se defendió. Con todo, mantuvo que desconocía el contenido de las cintas, si bien avisó de que si ven la luz y «alguien publica algo que no toca, lo demandaré». «Tengo la conciencia tranquila, no tengo nada que esconder, pero las cintas se pueden manipular», añadió.

Defendió su actuación con la apertura de una investigación interna y sostuvo que al igual que llevó a los tribunales a su otrora hijo político, exigirá a las empresas adjudicatarias que devuelvan el dinero si se detecta alguna irregularidad. En su opinión, hay una campaña en su contra que relacionó con las elecciones. Admitió que a lo mejor los ataques provienen «de fuego amigo», si bien se mostró prudente. «Diré de quien cuando lo tenga contrastado». También negó presiones para que dimita y calificó de «cordial» su encuentro con Fabra. Añadió que ha recibido apoyos desde el partido: «Me han reventado el teléfono con llamadas de apoyo, de gente que me aprecia», dijo. «Lo que toca ahora es aguantar, mi honorabilidad no se compra ni se vende por un cargo público», advirtió.

Rus siguió ayer con su agenda de partido y asistió a la proclamación de los alcaldables de Camp de Túria, en un acto con 200 personas y en el que dijo que estaba más fuerte que nunca.

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