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El entorno quiere controlar un eventual relevo

Los colaboradores del barón cierran filas pero piensan en un «plan B» si las grabaciones se difunden

El propósito de Alfonso Rus y de sus colaboradores más próximos es el de resistir hasta las elecciones, si bien se habla ya de un «plan b» que pasaría por, ante una enventual sucesión, tener el control de la misma. Y es que aunque el entorno de Rus ha cerrado filas con el barón, sobre la mesa está la posibilidad de que las grabaciones salgan a la luz y el golpe sea letal. De hecho, la inquietud y el desánimo ha cundido en la dirección provincial que de golpe y porrazo se ha encontrado con un escándalo difícil de controlar que ha arruinado la campaña a un mes de elecciones. La diputación no es parte en la causa y nadie sabe a ciencia cierta que contienen las cintas. Sin embargo, hay espejos donde mirarse. Las escuchas de Gürtel supusieron un auténtico descrédito para la imagen del expresidente Francisco Camps. Poco importó el desenlace del caso. Fue absuelto pero las frases «te quiero un huevo» y «amiguito del alma» le persiguieron más allá de su dimisión. Y lo mismo podría ocurrirle a una persona como Rus, una persona lenguaraz que ya resulta políticamente incorrecto en declaraciones formales.

El presidente Fabra, además, parece decidido a ir más lejos de su línea roja y, según las fuentes consultadas, forzará su marcha si se desprenden «conductas reprobables» de las cintas al margen de si resulta o no imputado. El entorno del Palau confía además en contar con el respaldo de la dirección nacional del partido, desde donde también este asunto se estaría siguiendo con preocupación.

Ante este panorama, algunas voces en la dirección provincial están ya preparándose para un relevo. La idea es que si Rus dimite antes de elecciones se produzca un interinaje tanto en la diputación como en el partido. La corporación provincial está a punto de disolverse con lo cual no genera un problema a corto plazo, ya que la batalla por el relevo estará en función de muchos factores, entre ellos, el resultado electoral. Antes del escándalo, Fabra ya no estaba por la labor de facilitar a Rus su continuidad en la institución provincial. De hecho, algunas fuentes hablan ya de movimientos en el Palau para promocionar a este puesto a la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas.

En la dirección provincial, lo normal, según el entorno de Rus, es que Vicente Betoret, secretario provincial, asumiera la presidencia y controlara la sucesión. El objetivo es impedir un golpe de timón de Fabra en territorio de Rus.

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