Los nueve bomberos valencianos desplazados a Nepal para participar en las tareas de rescate tras el terremoto que ha devastado la capital y sus aledaños se emplearon ayer a fondo desde las siete de la mañana en la búsqueda de supervivientes bajo las ruinas de los edificios derruidos por el seísmo. «De momento no ha sido posible encontrar a nadie vivo», lamentó ayer Moisés Belloch, miembro del Grupo Especial de Localización y Rescate de la ONG de Algemesí Intervención Ayuda y Emergencias (IAE). «Los militares nos van llevando de edificio en edificio para registrarlos y descartar que haya vidas debajo de los escombros. Existe prisa para entrar con maquinaria pesada», afirma Moisés. Por ello, los voluntarios valencianos están empleando los equipos caninos y los medios electrónicos que han transportado a Nepal (geoestereófono y minicámara) para reconocer los edificios y descartar que haya vida bajo los escombros, o proceder al rescate en caso de localizarla.

Finalmente, el general al mando del contingente de intervención les acotó ayer el trabajo a una zona de la capital nepalí, Katmandú. Moisés Belloch confía en que el Ejército les deje «trabajar en las zonas que no han recibido ayuda, pero de momento está siendo imposible trabajar fuera de la capital».

Durante los trabajos realizados, los bomberos valencianos notaron varias réplicas. Afortunadamente, su intensidad no fue alta. «No hemos tenido demasiado peligro», añadió el portavoz del grupo. Han revisado edificios de muy diferentes materiales, desde construcciones de adobe muy rudimentarios a otros de hormigón. Hoy siguen el trabajo.