Un frente cívico contra la corrupción, formado por siete asociaciones, nació ayer en Valencia para «luchar contra la tolerancia social con la corrupción» y cortar de raíz el germen que a su juicio ha posibilitado la proliferación de esta lacra: «la cultura de la permisividad con las prácticas corruptas». El nuevo Observatori Ciutadà contra la Corrupció está integrado por las asociaciones de cooperación internacional Atelier y Perifèries, víctimas y denunciantes en el caso Blasco por la presunta trama de desvío de ayudas a la cooperación internacional. También se han sumado al observatorio Acció Cultural del País Valencià, Escola Valenciana, Ca Revolta, la Societat Coral El Micalet y la Associació Ciutadania i Comunicació (Acicom).

Entre los objetivos de la nueva alianza de asociaciones figura la elaboración de una radiografía de la corrupción en la Comunitat Valenciana o la organización de unas jornadas sobre la corrupción, con ponentes europeos que ilustren sobre las iniciativas sociales y ciudadanas contra la lacra. Asimismo, se proponen «facilitar asesoramiento y apoyo legal a individuos y colectivos que quieran presentar denuncias».

Aparte de cargar contra el «clima social de indeferencia ante estos hechos», el observatorio también critica el «autoritarismo», la «arbitrariedad» y el «clientelismo» de las instituciones valencianas.