El área de urgencias de La Fe vive desde hace meses en una enfermedad que se ha cronificado y que corresponde al diagnóstico de «Desbordamiento de trabajo» y «Masificación de pacientes». Sin gripe, ni epidemias o virus que amenacen la salud pública, ayer no se sabía donde colocar a 14 pacientes que necesitaban estar ingresados porque no había camas ni huecos y solo quedaban las columnas, los pasillos y los rincones para acomodarlos.
La situación y la carga de trabajo que llega a diario a la puerta de urgencias es tan insostenible que muchas veces los propios profesionales piden disculpas a los pacientes por las condiciones en las que tienen que realizar su trabajo.
Desde el uno de enero de 2015, el hospital La Fe ha ampliado su cobertura sanitaria a 82.000 personas más pero sin modificar la plantilla, salvo el turno de refuerzo que se incorporó que sirve para cubrir bajas, ausencias de personal.
La presión laboral que se respira y vive en este punto crítico del hospital es de tal calibre que hay empleados que han pedido ser trasladados a otro servicio porque no aguantan más y otros que por prescripción médica deberían de salir de urgencias.
La situación era tan límite que hace mes y medio, un inspector de trabajo se personó en el servicio y recabó información de la situación para conocer las condiciones laborales y los posibles riesgos.
De los problemas de masificación, falta de espacio y la carencia de personal en ese área tan relevante, los sanitarios han dado información puntual al gerente del centro, Melchor Hoyos, a lo largo de varios escritos que no han sido respondidos, según han informado a Levante-EMV fuentes próximas a los trabajadores que ante la falta de alternativas han optado por convocar diez días de protesta.
De hecho y para tener solo una idea de cómo ha aumentado la presión asistencial en el área de adultos baste decir que en el primer trimestre de 2013 se atendieron 26.699 episodios urgentes y este año se han visto 32.272 pacientes, «y con el mismo personal», como reiteran los profesionales.
La carta al gerente
En el documento dirigido al gerente, los sanitarios le recuerdan que la saturación de urgencias, «dificulta la atención sanitaria al paciente, cuando el tiempo es fundamental para tratar ictus, infartos, traumatismos graves...». Un retraso diagnóstico se relaciona con el aumento de la morbilidad, favorece el error humano, incrementa la mortalidad hospitalaria y la estancia media». Esto es, justamente, lo que el Ministerio de Sanidad quiere evitar con la promoción de unos estándares de Gestión y Calidad que van asociados a una menor saturación.
Los profesionales resaltan que cuando el servicio está desbordado de trabajo, la atención que hay que dispensar al resto de enfermos es «muy deficiente o nula, ya que todos los recursos son pocos y limitados y se van a cubrir las necesidades del paciente que se encuentra en urgencia vital».
Los tiempos de espera media (filiación administrativa y valoración del facultativo) se han disparado por encima de los 60 minutos y los de permanencia de los pacientes «se han desbocado».
Las camas de urgencias están ocupadas al 100 % más de seis horas al día, lo que implica la aparición de camillas en pasillos y columnas, según refieren los trabajadores en su escrito al gerente.
Los profesionales lamentan que el servicio se colapse al seguir llegando usuarios y carecer de camas y también se oponen a que a los enfermos se les de «una ubicación indigna, sin adecuación, sin intimidad, sin poder deambular, en una zona de paso». Y ante esta situación se preguntan de si esa es la imagen que se quiere dar a los ciudadanos. «Por nuestra parte —agregan— no estamos dispuestos a tolerarlo».
Concentraciones a la puerta del centro
Sanitarios de la Puerta de Urgencias del hospital La Fe han solicitado a la Delegación de Gobierno permiso para concentrarse ante la entrada de consultas externas del hospital del 11 al 20 de mayo, de 9,30 a 10.30 para reclamar una ampliación de plantilla. La petición la han secundado enfermeros, celadores y médicos. La situación del día a día en este servicio neurálgico es desbordante desde que empezó 2015 y se sumaron al cupo de este departamento 82.000 pacientes que antes eran atendidos en el hospital Peset. Este crecimiento de la demanda provocó episodios de saturación durante enero y febrero y protestas por parte de los profesionales que a día de ayer no han recibido respuesta del gerente del hospital. p. g. b. valencia
