La crisis económica ha comportado un fuerte hachazo en los recursos destinados por las comunidades autónomas a la prestación de los servicios públicos fundamentales (sanidad, educación y servicios sociales). Unos recortes que han generado desequilibrios entre autonomías. O, dicho de otro modo, se ha dañado la igualdad de oportunidades de los españoles en función del lugar de residencia. Sin embargo, el azote de la recesión no es el único factor que explica estos desfases. No en balde, después de todos los recortes, hasta cinco comunidades autónomas „entre ellas, Extremadura, gobernada por el popular José Antonio Monago, látigo del presidente Alberto Fabra en su rechazo a la infrafinanciación valenciana„ registran hoy cifras de gasto por habitante en los servicios esenciales superiores al nivel máximo del que ha gozado la C . Valenciana, que fue en 2008. Ese año se registró el pico en la etapa de los grandes eventos y proyectos, el despilfarro atribuido al expresidente Francisco Camps. Sin embargo, los días de estrecheces para cinco autonomías equivalen a los años en que la Comunitat era Jauja.
El dato, de un extraordinario valor en el contexto de la futura revisión del sistema de financiación, lo certifica científicamente un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y el BBVA, titulado «Servicios públicos, diferencias territoriales e igualdad de oportunidades». La investigación, que será presentada el lunes en Madrid, ha sido dirigida por el director del IVIE, Francisco Pérez, en colaboración con los economistas del instituto Vicent Cucarella y Laura Hernández. En un reciente debate académico, Pérez avanzó ya datos del informe. Así, desveló que hasta 5 autonomías, Extremadura, Cantabria, Asturias, Navarra y País Vasco, cuentan hoy, después de todos los ajustes, recortes y copagos impuestos a los españoles, con un nivel de gasto por habitante superior al que tenía la C. Valenciana en el año en que más invirtió por ciudadano en sanidad, educación y servicios sociales.
El titular del IVIE citó el caso de Extremadura por las habituales alusiones, dijo, de los responsables de esta región a la C. Valenciana. La Comunidad extremeña, señaló, ha reducido el gasto por habitante un 16 % en los servicios fundamentales durante los años de la crisis hasta situarse actualmente en 2.585 euros per cápita en estas áreas. Pues bien, el nivel de gasto de la C. Valenciana en 2008, cuando registró el «máximo» de inversión, fue de 2.540 euros, 45 menos que lo que Monago destina hoy a los extremeños para los servicios básicos. «Por encima de este nivel „añadió Pérez„ están también Cantabria, Asturias y, por supuesto, Navarra y País Vasco».
La brecha se agranda
Las conclusiones son demoledoras: Las comunidades mal financiadas antes de la crisis, como la valenciana, estaban en niveles inferiores al que han acabado las bien financiadas después de la crisis. Así, la brecha de los valencianos respecto al resto se ha profundizado porque a los recortes ha habido que añadir la infrafinanciación. El efecto del desequilibrio entre las autonomías es incluso más importante que el que ha generado la propia crisis.
Como resaltó ayer el IVIE, el trabajo dará a conocer las «sustanciales diferencias» de gasto en servicios fundamentales de las distintas administraciones en las comunidades, «así como sus implicaciones para la igualdad de oportunidades». «Sin corregir en profundidad la desigual financiación autonómica, el gasto en servicios públicos fundamentales en España seguirá presentando asimetrías incompatibles con la equidad interterritorial y la igualdad de oportunidades», aseguran los autores.
