No existen cifras oficiales sobre el desastre del picudo rojo en la Comunitat Valenciana ni tampoco en el conjunto de España, donde la plaga, a excepción de en Canarias, sigue en pleno proceso de expansión. La denuncia ecologista no pregunta por las plantas caídas, sino por las «toneladas» de palmeras, cuántas se han recogido de personas particulares y de los parques públicos y cuántas han entrado en vertederos autorizados, con «indicación de la procedencia de los restos y el pesaje». Es la única manera de saber, si finalmente el juzgado solicita estos datos a la Generalitat, el alcance real de esta tragedia ambiental que se agravó cuando la conselleria de Agricultura dejó en manos de los particulares la responsabilidad de tratar sus palmeras, comprometiéndose solo a recoger los restos. Los retrasos en esta retirada y la gestión posterior de los residuos vegetales han sido, según los denunciantes, una de las razones de la rápida propagación de la plaga. j. s. valencia