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La Princesa de Asturias marca tendencia de bajo coste

Leonor comulgará con sus compañeras de clase el miércoles 20 de mayo, en una celebración privada y sencilla

Sin duda, la comunión más esperada del año es la de la Princesa de Asturias, Doña Leonor. En cambio, no será una ceremonia fastuosa propia de una princesa, sino que se alejará de los focos e incluso se adaptará a la nueva corriente del «low cost». Al menos, será una ceremonia algo más discreta que las de sus antepasados.

Y es que Doña Leonor recibirá la primera comunión en el colegio donde estudia, junto al resto de sus compañeros, casi como si fuera una alumna más. Nada parecido a lo que hicieron sus predecesores, cuyas celebraciones se llevaron a cabo, bien en el Palacio Real, bien en la pequeña ermita del Palacio de la Zarzuela. En este enclave fue donde la recibió su padre, el Rey Felipe VI cuando todavía era el Infante Don Felipe. En esta línea, su abuelo, Don Juan Carlos, tomó la comunión en el Palacio Patriarcal de Lisboa, en Portugal, en 1947.

Cortando con esa tradición monárquica, Doña Leonor, a sus 9 años, será la primera heredera al trono que afronte esta situación en compañía de otros niños y lejos de grandes templos.

En día laborable

Destaca también el día y la hora elegida para la ceremonia: miércoles a las doce del mediodía. Y es que está previsto que Doña Leonor y sus compañeros regresen a sus clases habituales después de subir al altar. Ello implica que la fiesta con el resto de la familia deberá esperar algunos días. La ceremonia será privada, sencilla y familiar, aunque no han trascendido aún todos los detalles.

Aunque, muy probablemente, el coste de la primera comunión de Doña Leonor superará con creces el de la media española este mes de mayo, el hecho de que no haya una gran celebración con centenares de invitados, retransmisiones televisivas y grandes convites en relación a la comunión de Leonor, se trata de un nuevo gesto de complicidad del Rey. Desde su llegada al trono, Felipe VI ha querido reflejar cercanía con la clase media española evitando transmitir una imagen de derroche de los fondos públicos.

La idea de que no queda más remedio que apretarse el cinturón y abonarse a las comuniones «low cost», también ha llegado, en su medida, a la Zarzuela.

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