El calor extremo que para un mes de mayo está haciendo estos días ha disparado el riesgo de plagas y las alarmas del Ayuntamiento de Valencia, que ha multiplicado por cuatro las patrullas dedicadas a combatir a los mosquitos y ha incrementado los tratamientos contra las cucarachas. Solo falta que llueva algo y quede agua estancada en los campos, porque si eso ocurriera habría que empezar a fumigar con helicópteros, asegura Noé García, responsable de la empresa Lokímica, encargada del control de plagas de la capital.

Ya en el mes de abril las previsiones hablaban de altas temperaturas, pero la realidad está superando todas las previsiones, lo que incrementa muy considerablemente el riesgo de plagas. A partir de los 28 grados se dispara, por ejemplo, la reproducción del mosquito. Cada grado incrementa un 50% su ciclo vital, lo que significa que con temperaturas extremas puede crecer hasta un 400%. Y si se diera el caso de que ahora lloviera y quedara agua estancada en los campos, podría generarse un «problema de salud pública» y obligaría a sacar los helicópteros de fumigación antes de cinco días, que es el tiempo que dura el ciclo vital del mosquito.

Antes de que eso ocurra, no obstante, el ayuntamiento ya ha tomado medidas. Según Noé García, las dos brigadas que trabajan durante todo el año tratando los 330 focos de mosquitos localizados en la ciudad, se han incrementado a cuatro en abril y ahora se han aumentado hasta 8 por la subida de las temperaturas.

Los puntos tratados son los imbornales de las grandes vías de comunicación y el centro de la ciudad, así como las acequias que discurren en torno al antiguo cauce, Viveros y el centro urbano. También se tratan los espacios húmedos de la huerta y la devesa ayudándose previamente de drones para localizar las aguas estancadas. Y si hiciera falta el helicóptero, estaría disponible en 24 horas, asegura García.

Cucarachas y ratas

Por lo que se refiere a las temidas cucarachas, el peligro no está en que se reproduzcan más veces sino en que se acelere la eclosión de los huevos. Eso significa que su aparición puede adelantarse a estos días en vez de llegar en junio como es habitual.

Para combatir esa posibilidad, desde el consistorio lo que se ha hecho es incrementar los tratamientos en el alcantarillado, consistentes en cebarlas con un gel que perdura activo en el cuerpo del insecto y hace que cuando los cadáveres son devorados por sus propios congéneres la cadena de veneno siga corriendo.

Los lugares más tratados con este y otros sistemas son la zona centro, el Marítimo y Campanar, donde se actúa entre tres y cuatro veces al año y ahora se ha adelantado el tratamiento en previsión de problemas.

Finalmente, desde el servicio de plagas del Ayuntamiento de Valencia se trabaja en las poblaciones de ratas. El calor no supone un mayor incremento del número de roedores, pero sí adelanta el final de la hibernación y su aparición en las calles. Esto les permite, así mismo, crecer de tamaño y hacerse más visibles, aunque en este caso hay un lado positivo y es que si aparecen antes en las calles, antes vuelven a la hibernación. Si normalmente lo hacen en octubre o noviembre, ahora puede ocurrir en septiembre.