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La caída de un histórico del PP

Se busca delegado para seis meses

El PPCV especula con el perfil del conseller Santamaría, que conoce la casa y las competencias, como el idóneo para cubrir el cargo hasta noviembre - La plaza tiene poco futuro por las malas expectativas electorales de Rajoy, pero abre la puerta de las listas al Congreso

Si parecía que después de la debacle electoral del pasado 24 de mayo ya nada podría ir peor para el PPCV, la espectacular detención el viernes nada menos que del delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana e histórico del partido, Serafín Castellano, puso el broche a una legislatura de descomposición para los populares valencianos.

Dentro de la interinidad en la que se mueve el partido ahora, con un presidente Fabra que ha anunciado su marcha para dentro de un año, el Gobierno se enfrenta al reto de encontrar un sustituto también para el delegado del Gobierno, el mayor cargo institucional que los populares ostentan en Valencia en estos momentos.

De momento, asume el cargo de forma interina el subdelegado del Gobierno en Valencia, Juan carlos Valderrama, un hombre que ocupaba cargos en la Conselleria de Gobernación y que Castellano se llevó a la delegación. Precisamente por eso, por su cercanía con el ya exdelegado, su continuidad está descartada.

Y el asunto no es menor. Con las generales a la vuelta de la esquina, la Moncloa recela de un territorio que, además de liderar el retroceso electoral, le propuso como delegado a un dirigente que ha terminado esposado y abriendo todos los informativos estatales. Fuentes del PPCV reconocían ayer que Fabra se empleó a fondo para convencer a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de la idoneidad de Castellano como delegado tras su salida del Consell y el partido por la debacle de la Europeas. Había sido su gran colaborador en la primera mitad de la legislatura. Con la maniobra, lo sacaba de la secretaria general del PPCV, para satisfacción de los barones provinciales, y de paso le daba una salida digna. Pero colocó una bomba en los aledaños del Gobierno.

«Lo de Serafín es uno de los desenlaces más duros, pero ¿cuántos años lleváis publicando cosas?», señalaban ayer a Levante-EMV desde el partido: «El Gobierno no puede alegar ahora desconocimiento».

Ahora el reto es encontrar un perfil solvente, que conozca la casa, las competencias de seguridad y que esté dispuesto a sacrificarse en una plaza que, según las encuestas, tiene como fecha de caducidad las generales de noviembre. Dentro del silencio absoluto del Consell y el PP de las últimas horas, diversas fuentes especulan con el nombre de Luis Santamaría, actual conseller de Gobernación en funciones y exsubdelegado en Valencia. Su perfil técnico le señala para el cargo. Tampoco tiene un pasado en la gestión de la Generalitat, algo que el Gobierno mirará con lupa para evitar nuevas sorpresas.

Con todo, se trata de un premio envenenado, un encargo con poco atractivo y, a tenor de las encuestas, menos futuro. Le obligaría a renunciar al acta de diputado de las Corts, lo que supone descabalgarlo del proceso de refundación que se abre para el PPCV. Eso sí, como compensación podría ofrecerse un puesto de salida para las generales del próximo noviembre.

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