«Las personas que no quieren vacunar a sus hijos tienen mayor riesgo para ellos y para los niños», declaró a Levante-EMV la presidenta de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Pilar Codoñer, que apuntó que con este tipo de decisiones, «no se erradica la enfermedad completamente».

Salvo contadísimas excepciones, la cobertura vacunal general en la C. Valenciana es del 90 %, indicó la responsable que aseguró que se trata de una protección «buenísima», porque salvo muy pocos casos casi toda la población está protegida.

La infección por la bacteria de la difteria en un niño de 6 años de Olot que se encuentra en la UCI del hospital Valle d'Hebrón de Barcelona en estado muy grave, al no haber sido vacunado contra esta enfermedad, ha suscitado un debate sanitario entre el minoritario colectivo de personas que deciden no vacunar a sus hijos y los que se adhieren al calendario oficial de vacunación infantil que indica que a los dos meses se administre la primera dosis de antígenos de la triple vacuna de la difteria, tétanos y tos ferina acelular.

La doctora Codoñer informó que la difteria es una enfermedad «muy grave» que puede llevar a la muerte al 50 % de los niños que la sufren y que provoca la obstrucción de las vías respiratorias y alteración del corazón.

La especialista aconsejó a los padres que son remisos a este tipo de prevención que revisen el calendario vacunal y que protejan a sus hijos.

Sin embargo, en España son los padres quienes deciden si vacunan a su hijo o no. La Administración, por su parte, tiene la obligación de facilitar este producto sanitario a la población de forma gratuita a través de la red de centros de salud, cuyos profesionales informan a los usuarios sobre las ventajas y los potenciales riesgos de la no vacunación, para que sean las familias las que adopten la decisión correspondiente, informó la Conselleria de Sanidad a este rotativo.

La vacunación contra la difteria se considera «primovacunación», al administrar dosis básicas a los 2, 4 y 6 meses de edad para garantizar que el niño está protegido frente a la enfermedad.

La cuarta dosis, que se administra a los 18 meses de la vida del niño, es la que garantiza el buen nivel de protección. La que se da a los 5-6 años es de recuerdo complementario de las anteriores para mantener unos niveles de protección elevados a largo plazo.

A los 18 meses, la cobertura de vacunación contra la difteria en la C. Valenciana es del 95 %. Cuando en alguna zona se detecta que la cobertura está por debajo de los objetivos marcados para la dosis y el tipo de vacuna, «se realizan las intervenciones necesarias para corregirlos», indicó la conselleria.