Reproches, disputas, tensión, ansiedad... ese es el ambiente que ha dejado la conselleria de Educación con el acuerdo de interinos que aprobó en 2013 y que ahora ha anulado el Tribunal Superior de Justicia de Valencia. La norma modificaba los criterios de baremación de puntos en las bolsas de trabajo e implicaba, de facto, mandar al final de la lista a los interinos con experiencia pero sin las oposiciones aprobadas o con notas bajas. También afectó a quienes aprobaron oposiciones pero trabajaron después de la firma del acuerdo, como contó ayer este periódico. La sentencia del TSJ ha vuelto a invertir la situación, y ahora, los que aprobaron el concurso público y fueron llamados para sustituciones después de 2013 se sienten en la cuerda floja. Un perfecto combo que ha acabado enfrentando a todos contra todos, dibujando un complicado panorama que el nuevo Consell tendrá que saber gestionar.

Solo es necesario pasearse por uno de los grupos en las redes sociales donde los interinos debaten estos temas. Es una guerra abierta, donde los que aprobaron en 2010 se encaran a los que lo hicieron en 2013, éstos a los que llevan 15 años trabajando sin oposiciones, y estos últimos contra todos los anteriores, entre otros frentes.

La fractura laboral que se ha producido no se queda en las redes sociales. «Algunos compañeros han llegado incluso a escuchar insultos», cuenta una de las afectadas. «Ha aumentado la tensión en los centros, colegios e institutos, porque estos interinos se están encontrando cuando les llaman a trabajar», añade. «No es una situación agradable ni cómoda, no se puede ir así a trabajar», explica otra interina.

Recogida de firmas

La publicación de la sentencia del TSJ ha acabado por encrespar aún más los nervios. «Mucha gente que aprobó en 2013 no se estaba preparando estas oposiciones -que se celebrarán el próximo 25 de junio-. Ahora, a falta de tres semanas para las pruebas, ven que su consolidación en la bolsa se tambalea y que deberían presentarse de nuevo a los exámenes para subir nota. Es normal que estén agobiados y nerviosos», explican los interinos.

De hecho, desde que el TSJ habló, este grupo que sí ha estado prestando servicios a la administración y que en parte «desplazó» a los interinos sin oposiciones tras el acuerdo de abril de 2013 ha emprendido una campaña de recogida de firmas para que se revoque la anulación y puedan mantener su posición dentro de las bolsas. «Sólo queremos un acuerdo donde se nos valore un poco el esfuerzo realizado no el "yo llegué primero y punto"», explican.

«No es justo que a la gente que haya aprobado las oposiciones se la envíe al final de la bolsa por gente que no ha aprobado nunca o que entró por bolsa extraordinaria, sin molestarse en ningún momento en opositar», comenta otro afectado. «Hay gente que llega, firma el examen y se va, pero como tienen más experiencia están por encima de ti aunque saques un 10. Eso es un insulto», relatan.

«Esta situación ha servido por lo menos para dar a conocer el funcionamiento de estas bolsas obsoletas. Hay que continuar luchando por un sistema de baremación más justo, que premie el esfuerzo de sacarse unas oposiciones, que sería lo normal para acceder a un puesto de trabajo público. No queremos perjudicar a nadie», explican desde la plataforma que reocoge firmas.

«Estrategia de la conselleria»

¿Cómo se ha llegado a esta situación de deterioro en las relaciones entre los propios interinos? «Es una estrategia de la conselleria. Ha fomentado el 'quítate tú para ponerme yo', el que nos matemos unos a otros para debilitarnos», expone una de las docentes afectadas. «Estan consguiendo justo lo que ellos quieren... divide y vencerás», lamentan otros.

De la misma opinión es Marc Candela, portavoz del Stepv. «Se ha creado la idea de que los trabajadores son tapones para otros trabajadores. Y no es así. Debemos luchar para que se recuperen las plazas perdidas, se bajen de nuevo las ratio. Es la única manera de que todos puedan trabajar y vuelva la calma», indica. «Los interinos han sido históricamente un colectivo muy reivindicativo. Mientras los tienen discutiendo entre ellos, no protestan. Por eso necesitamos unidad», añade.

Francesc Cerdà, de la Coordinadora del Professorat Interí, arremete contra el concierto y los recortes. «Han querido sembrar la discordia, han creado distintas categorías de interinos para generar rivalidad entre ellos».